Lawlight • One-Shots

Flores amarillas

Pareja: LxLight

Mundo: Alterno

Palabras: 900

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Light no entendía muy bien su situación, cada día recibía una flor amarilla, siempre en su casillero cuando era la hora de la salida, llevaba varios intentos de atrapar al culpable, pero simplemente no daba con él.

Pensó en Misa, pero ella era demasiado distraída para acordarse todos los días, y las flores simplemente no fallaban.

Debe admitirlo, el gesto es muy lindo, y esperaba poder descubrir a la persona detrás de todo.

Caminó de vuelta a su salón al darse cuenta de que olvidó una libreta, pero cuando llegó vio algo que lo sorprendió.

Lawliet, el chico más inteligente del instituto, que siempre termina ganándole en los puntos finales, estaba sentado arreglando unas flores amarillas, su rostro se pintó de rojo y rápidamente salió del lugar.

Todo el camino no pudo concentrarse, casi lo atropellan en dos ocasiones, pero logro llegar a su habitación.

Colocó sus flores en un jarrón cerca de su cama, dónde podía admirarlas cada día, pero simplemente no podía procesar la idea de que ese chico sea el receptor de todas esas flores.

Jugó con su pluma un rato, tratando de procesar toda esa información.

Y es que Lawliet, es su crush de toda la vida, tiene una inteligencia nata, es serio y aunque a veces hace cosas medias raras, hay algo en él que a Light le atrae en demasía.

Siempre lo está observando, y se pone feliz con sus logros, a veces olvidando que técnicamente son rivales por calificaciones.

Nunca lo ha visto con una chica, pero tampoco tiene muy en claro si es gay, no lo creería, pero ahora, ¿Será?

Dejo caer su cabeza contra la mesa, tal vez todo era un simple malentendido, no podía ser verdad, no cree tener tanta suerte.

...

Llegó a la escuela temprano, como de costumbre, Watari siempre es muy puntual y no lo deja llegar sino media hora antes.

Revisó que no hubiera nadie en los pasillos, y con mucho cuidado abrió el casillero que tenía enfrente, colocando el ramo de girasoles que compro está vez, la tarjeta con sus sentimientos siempre iba en la parte de arriba, pero una vez más no se atrevió a dejarla y la quitó, cerrando la puerta y su corazón.

Watari le dijo que debe decir lo que siente, pero no es capaz, no puede simplemente hacerlo.

Light Yagami, es el alumno más popular de la escuela, guapo, atractivo y perfecto, debe recibir cientos de cartas, ¿por qué razón la suya sería diferente?

Suspiró sentando en su lugar, Light parece feliz cada vez que recibe esas flores, pero, ¿cómo reaccionara cuando vea de quien viene?, de un chico, y peor, un chico como él, que lo único en lo que resalta es en su inteligencia, y aun así, hay gente que no se sabe su nombre.

Tal vez, Light nunca se entere de quién vienen esas flores.

...

— ¿Me estás diciendo que L te dio esas flores? — habló sorprendida, casi gritando.

— Shh, Takada, no grites — Light volteó para asegurarse de que nadie escuchó — No lo sé, y se llama Lawliet ya te lo dije.

— Sí, sí, pero lo viste hacer un ramo, es demasiado obvio.

— ¿Qué tal y solo fue una casualidad?, ¿Cuál es la probabilidad de que sea él?

— ¿Y por qué no?, ¿Por qué crees que L no puede fijarse en ti?

— No lo sé, siento que él es demasiado inalcanzable.

— ¿Inalcanzable?, tú eres inalcanzable Light, toda la escuela está perdida por ti.

— Eso no es cierto.

— Claro que lo es y lo sabes, parece que L no pudo escapar de tus encantos.

Light se mordió los labios, no podía ser cierto, tal vez deba enfrentarlo.

...

Lawliet se dirigió al casillero, pensando si dejar esa nota o mejor seguir así, lo abrió para dejar esas flores, flores amarillas, las cuales se dan al inicio de la primavera, tratando de demostrar su amor.

Se tardó demasiado en pensar, los alumnos comenzaron a llegar, quitó la tarjeta, pero justo cuando cerró el casillero se encontró cara a cara con el dueño de su corazón.

Light lo observó sorprendido, no se dio cuenta de que era él, hasta que cerró esa puerta y pudo detallar su precioso rostro.

Los ojos siempre dilatados del azabache, parecieron hacerse más grandes, los demás desaparecieron de su vista, solo quedando ellos dos.

Light quiso acercarse, pero antes de decir algo, la tarjeta cayó al suelo, con un te amo escrito, cuando regresó la mirada el azabache había desaparecido.

Tomó las flores y la tarjeta, y se dirigió al único lugar donde sabe que debe estar.

La azotea, un lugar vacío, pero lleno de recuerdos.

Cuando llegó y lo tuvo frente a él, dudo en acercarse, ¿Y si en realidad corrió porque se arrepintió de la declaración?, negó con la cabeza, no podía dudar ahora.

— Lawliet — habló fuerte, aunque sintió que su voz temblaba.

El nombrado se sorprendió de escuchar su nombre, y sabe que solo una persona ha recordado eso desde el principio.

— Light — contestó, volteando para verlo.

Pero el castaño no dejaría pasar más tiempo, soltó las flores y se acercó al contrario, tomando sus labios en un profundo beso, el azabache se sorprendió, claro que al sentir esos labios tan bonitos, olvidó todo y solo se dedicó a seguir el contacto, ambos retachando contra la pared, simplemente se miraron y siguieron demostrando su amor a través de ese desesperado pero perfecto contacto.

El impacto hizo que los pétalos amarillos volarán, y el viento los llevo fuera de esa azotea, gracias a esas flores amarillas la primavera había iniciado y con eso también una linda y próspera relación.