Verdades al Descubierto y Puños al Aire

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Narra Denna
El nuevo día en la academia amaneció con un aire de expectación y posibilidades, pero para mí, la sombra de la conversación pendiente con Alex seguía pesando en mi mente. Desde temprano, noté que Alex parecía distante, con la mirada perdida en el horizonte mientras ensayábamos y nos preparábamos para la siguiente gala.

Decidida a abordar la situación, me acerqué a él durante un descanso entre ensayos. Lo encontré solo, perdido en sus pensamientos, y me detuve frente a él, buscando su mirada con determinación.

—¿Estás bien, Alex? —pregunté, preocupada por la preocupante expresión en su rostro.

Alex parpadeó, como si saliera de un trance, y me miró con sorpresa.

—Sí, estoy bien, Denna. Solo... pensativo, supongo —respondió, su tono de voz un poco distante.

Decidí no presionar más en ese momento, pero me prometí a mí misma seguir vigilando de cerca su estado de ánimo. Sabía que algo estaba sucediendo en su mente, algo que tal vez solo él podía entender, pero estaba decidida a estar allí para él, así como él lo había estado para mí.

El día avanzó sin mayores incidentes, y llegó la noche, trayendo consigo una atmósfera de diversión y camaradería mientras nos reuníamos para cenar. Después de la comida, el ambiente se animó cuando alguien sugirió jugar a verdad o reto.

Nos acomodamos en círculo, listos para enfrentar cualquier desafío que se nos presentara. Cuando llegó mi turno y Naiara me preguntó verdad o reto, elegí verdad sin dudarlo.

—Bien, Denna, aquí va mi pregunta: ¿Te gusta alguien de los presentes? —preguntó Naiara con una sonrisa traviesa.

Una oleada de calor me subió por las mejillas mientras consideraba mi respuesta. Pero antes de que pudiera responder, una risa despectiva cortó el aire. Miré hacia donde estaba Suzete, quien me observaba con una sonrisa burlona.

—¿Qué pasa, Denna? ¿Tienes un ojo puesto en alguien en particular? —dijo Suzete con sarcasmo, lanzando una indirecta obvia hacia Alex.

La ira se encendió dentro de mí, ardiente y desafiante. No iba a permitir que nadie me humillara de esa manera delante de mis amigos.

—Sí, tengo algo que decirte, Suzete —dije, mi voz temblando de emoción contenida—. ¡Y no te va a gustar!

Sin previo aviso, me lancé hacia ella, dejando escapar un grito de furia mientras mis puños se cerraban con determinación. Con un rápido movimiento, le di un guantazo en el rostro, sorprendiéndola y dejando a todos en el círculo en estado de shock.

El silencio que siguió fue ensordecedor, pero dentro de mí, sentí una sensación de liberación. Había enfrentado a Suzete, había defendido mi honor y no permitiría que nadie más me menospreciara de esa manera.

Mientras Suzete se recuperaba del golpe, miré a mi alrededor, encontrando la mirada de Alex entre la multitud. Había una mezcla de sorpresa y admiración en sus ojos, y en ese momento, supe que había hecho lo correcto.

Con la cabeza en alto y el corazón lleno de determinación, me preparé para enfrentar las consecuencias de mis acciones, sabiendo que, pase lo que pase, había defendido mi dignidad y mi derecho a ser tratada con respeto. Y aunque el camino por delante pudiera ser difícil, estaba lista para enfrentarlo con valentía y fortaleza, lista para seguir adelante con la cabeza en alto y el corazón lleno de coraje.

Narra Denna
Mientras la tensión se disipaba en la sala, decidí que necesitaba un momento para mí misma. Salí de la habitación y me dirigí hacia la terraza, dejando que el fresco aire nocturno acariciara mi rostro. Sin embargo, mi momento de calma se vio interrumpido cuando escuché pasos detrás de mí. Me di la vuelta y vi a Alex acercarse con una expresión de confusión en su rostro.

Destino o Casualidad Where stories live. Discover now