Capítulo 16

801 79 3
                                    

¿Poché estaba sugiriendo que no hiciéramos el amor de verdad? Mejor dicho, ¿que no
mantuviéramos relaciones sexuales?

Por mucho que adorara la lengua de Poché
-y me moría de deseo con sólo recordar la
sensación de su boca llevándome al clímax
-,no era eso lo que quería. Además, no creía que pudiéramos seguir adelante hasta que no estuviéramos otra vez realmente conectadas.

-Prefiero sentirte en mi interior.

Los ojos de Poché se oscurecieron.

-Ven aquí, cariño.

Rodé hacia ella.

-Déjame ver esos preciosos pezones.

Sonrojada, hice lo que me pidió. Contuve el aliento cuando ella capturó uno con la boca al tiempo que pellizcaba el otro entre los dedos.
La sensación palpitó directamente en mi clítoris.

Ella apretó los dientes en torno al sensible brote y me retorcí de deseo.

-Separa las piernas -susurró contra mi pecho.

Hubiera sido imposible no obedecerle.

Lentamente, casi provocándola, abrí los muslos. Poché gruñó advirtiéndome, luego me colocó entre sus rodillas y me forzó a separarlas más.

-Debería darte un azote por esto.

Hice una mueca al oírla..

Ella sonrió ampliamente.

-¿Todavía te escuece, cariño?

-Un poco.

-Déjame ver...

Vacilé. Odiaba mostrar lo que consideraba un imperfecto trasero, pero en especial odiaba
enseñárselo a Poché, que era la perfección física personificada.

Sin embargo, sabía que ella no dejaría de presionarme hasta que lo hiciera. Con un suspiro, me puse boca abajo.

Ella siseó una maldición.

-Siento haberte magullado tanto, Cherry. No lo volveré a hacer.

-Sí, claro que lo harás. No te preocupes, me queda marca con facilidad, pero no me dolió.
Bueno, no me dolió demasiado.

Me acarició suavemente las nalgas, luego me hizo girar hacia ella.

Su expresión de preocupación me conmovió más de lo que debería.

-Si alguna vez te hago daño de verdad, quiero que uses la palabra segura, ¿entendido?

-Sí. Pero soy una mujer madura, sé cuidarme.

Asintió con la cabeza.

-Has avanzado mucho. Mucho más de lo que imaginaba; sobre todo teniendo en cuenta la
manera en que ha cambiado tu vida. Estoy orgullosa de ti.

Las palabras de Poché no deberían significar nada para mí. Estaban tratando de encontrar la manera de superar lo nuestro y seguir adelante, pero sus alabanzas me calentaron por dentro

-Gracias.

-Mientras tanto, intentaré compensar estas magulladuras. -Me pasó un dedo entre los
empapados pliegues. Era consciente de que estaba mojada, pero la realidad resultaba casi
embarazosa-. Parece que alguien está excitado.

Observé que su miembro se erguía duro y enorme otra vez y me señaló con el dedo mientras esbozaba una sonrisa descarada.

-Es evidente.

-Chica mala. Sí, definitivamente volveré a zurrarte. -Se colocó sobre mí, cubriéndome los muslos, el vientre y el pecho con su cuerpo antes de hundir la cara en mi cuello-.Pero no ahora.

Me Perteneces |Concluida|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora