Capítulo 24

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-¿Qué has descubierto? -murmuré al oído
de Poché después de que Jordan y el señor
Kantor me escoltaran de regreso a la primera sala, colmándome de sonrisas y atenciones durante el trayecto.

Ambos hombres me resultaban muy sospechosos.

Una rápida mirada a mi alrededor me indicó que la pequeña rubia de Poché había desaparecido y que ella la esperaba impaciente, con los brazos cruzados sobre el pecho.

No era necesario que fingiera estar enfadada.

Cuando llegué a su lado, me tomó del brazo y me arrastró hasta un rincón.

-¿Dónde demonios te has metido?

-He estado en una sala VIP. Me han presentado al gerente del complejo. -Señalé con la cabeza a Kantor, que estaba en el estrado probando un micrófono. El gerente era un hombre alto y musculoso con apariencia de estudioso de pelo entrecano-. Es ése.

-Hola a todos. Bienvenidos a Llave del Placer -dijo Kantor en el micrófono, esbozando una
sonrisa acogedora que me pareció fingida.

Los presentes aplaudieron. Jordan se situó al lado del gerente y comenzó a escudriñar a la
gente. Cuando me vio, no apartó la mirada durante un buen rato. Interpreté mi papel y
bajé los ojos.

Poché se pegó a mí durante la charla, que trató sobre las reglas del complejo turístico, los turnos de comidas, de mazmorras y los protocolos a seguir. Sólo escuché a medias, pues mi cabeza no dejaba de dar vueltas sobre lo que había visto antes, intentando asimilarlo.

En el momento en que Kantor bajó del estrado y comenzó a saludar a los presentes, Poché me
tomó del brazo y me arrastró hacia la puerta que daba al pasillo.

Intenté detenerla, pero me fue imposible.

-¿Adonde me llevas?

-A nuestra habitación. Faltan dos horas para la cena y necesitamos ese tiempo.

Estábamos allí para realizar un trabajo, así que necesitabamos aprovechar cada minuto libre.

-Muy bien, pero, ¿podrías ir más despacio? A diferencia de ti, no soy tan rápida.

Poché soltó una maldición, aunque bajó el ritmo.

-¿Qué has visto en la sala VIP?

-Juego duro. -Le expliqué la escena que había presenciado-. Y, por si no te has dado cuenta, Jordan no me quita los ojos de encima. Lo mismo que Kantor.

Me miró con el ceño fruncido.

-Tienen tan poco disimulo que es como si lanzaran señales. Ese Kantor, una de dos, o es un pobre infeliz o sabe exactamente lo que ocurre bajo su techo.

No podía estar más de acuerdo.

-Apuesto por lo último. Es espeluznante, te lo aseguro. ¿Sabes lo más raro? Sé que he oído
antes su voz, pero no logro situarla.

Me lanzó una mirada penetrante.

-¿Estás segura?

-Sí. Me gustaría poder recordar...

-Dedícate a ello. -Apretó los dientes antes de tomarme por el codo otra vez. Sus zancadas se hicieron más apresuradas al doblar la esquina.

-En serio, ve más despacio. -Me zafé de su mano-. ¿Estás enfadada?

-Enfadada, preocupada... Casi me he vuelto loca.

Ella no se detuvo hasta que llegamos a la habitación y usó la tarjeta electrónica
para abrir la puerta. Al momento la cerró de golpe.

Me Perteneces |Concluida|Where stories live. Discover now