13.

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Namjoon y Seokjin se despertaron cada uno a un lado de Jennie, ambos se miraron, dedicándose preocupación con esa simple mirada. Vieron a la pequeña castaña entre ellos, se aferraba con fuerza a un peluche y se mantenía en posición fetal para mantener el calor en su cuerpo.

Namjoon y Seokjin intercambiaron una mirada llena de preocupación y ternura mientras observaban a Jennie entre ellos. La imagen de su hija, acurrucada con su peluche y buscando consuelo en su posición fetal, los llenaba de angustia y determinación.

Seokjin extendió su brazo y acarició suavemente el cabello de Jennie, mientras Namjoon ajustaba con cuidado las mantas alrededor de ella para asegurarse de que estuviera lo más cómoda y cálida posible.

—Parece que tuvo otra noche difícil —susurró Seokjin con voz preocupado, sintiendo el corazón apretado en el pecho al ver el rostro tranquilo pero agotado de su hija—. Ella nunca tuvo muchas pesadillas, ¿por qué de la nada pensaba que había alguien en su habitación?

Namjoon asintió, compartiendo la preocupación de Seokjin mientras continuaban observando a Jennie con cariño.

—No lo sé, amor. Pero algo la está perturbando profundamente. Tal vez haya algo más detrás de todo esto que no entendemos todavía —respondió, su voz llena de inquietud.

Seokjin apretó suavemente la mano de Namjoon, buscando consuelo mutuo en medio de la incertidumbre.

Y luego la idea más perturbadora y dolorosa se hizo presente en su cabeza.

—Jonnie... ¿crees que haya alguien que la esté tocando o esté abusando de ella?—preguntó Seokjin, alarmado.

La mirada de Namjoon se oscureció.

—Espero que no sea eso, porque si cualquier hijo de puta es capaz de tocar a mi hija soy capaz de matarlo—declaró Namjoon con furia.

Seokjin sintió un escalofrío recorrer su espalda al ver la expresión de determinación y furia en el rostro de Namjoon. Sabía que su pareja estaba dispuesta a hacer cualquier cosa para proteger a su hija, y compartía ese mismo sentimiento de rabia ante la posibilidad de que alguien pudiera estar lastimándola.

—Lo sé, cariño. Haríamos cualquier cosa por Jennie. Pero primero debemos asegurarnos de que esté segura y de que se sienta lo suficientemente cómoda como para contarnos lo que está pasando —respondió Seokjin, tratando de mantener la calma a pesar de la preocupación que lo invadía.

—Estoy consciente de eso, Jinnie, soy terapeuta y todos los días tengo aunque sea un caso similar—dijo Namjoon—. Pero es muy difícil pensar en ello cuando se trata de la niña de mis ojos, de mi hija.

Seokjin asintió, comprendiendo la lucha interna de Namjoon entre su experiencia profesional y su papel como padre preocupado.

—Lo sé amor, pero primero debemos preguntarle a Jennie. No sabemos que es lo que pueda estar asustándole—expresó Seokjin, pero la pareja de hombres se calló cuando Jennie comenzó a despertarse lentamente.

La respiración de Namjoon y Seokjin se detuvo por un momento mientras observaban a Jennie despertarse. La preocupación se reflejaba en sus rostros mientras esperaban con ansias escuchar las palabras de su hija, esperando que pudiera ofrecer alguna pista sobre lo que la había perturbado tanto esa noche.

Jennie parpadeó lentamente, aún adormilada, y luego se frotó los ojos con las manos, buscando orientarse en la penumbra de la habitación.

—¿Papá? ¿Papi? —murmuró Jennie con voz somnolienta, buscando a sus padres entre las sombras.

—Estamos aquí, cariño —respondió Seokjin rápidamente, extendiendo su mano para acariciar suavemente el brazo de Jennie—. ¿Cómo te sientes?

Jennie frunció el ceño, tratando de recordar los eventos de la noche anterior. La sensación de miedo aún la envolvía, pero la presencia reconfortante de sus padres la ayudaba a sentirse un poco más segura.

Asperger.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora