El maestro de esgrima (5)

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You tell me that you need me, then you go and cut me down


La asociación deportiva de Esgrima tras charlas con Levi, habían concedido un tiempo para aplazar la competencia, tenían un mes, para poder prepararse, un mes para poder comprar todo de nuevo. 

El sonido de la alarma del celular vibró en la mesita de noche, rompiendo el silencio de la mañana. Hange se removió entre las sábanas, aún con los ojos entrecerrados por el sueño, buscando a tientas el aparato. Lo apagó con un manotazo y se sentó de golpe, la somnolencia se esfumó de inmediato al recordar la importante tarea que tenía por delante.

No había tiempo que perder. La subasta de esgrimistas comenzaría en pocas horas y ella debía asegurarse de que todo estuviera listo. Se levantó de la cama con energía y se dirigió al baño, donde se lavó la cara con agua fría para despejarse por completo.

Mientras se vestía, Hange repasaba mentalmente la lista de tareas que aún le quedaban por hacer. Tenía que confirmar la asistencia de los compañeros de la facultad de biotecnología que habían ofrecido su ayuda para la reconstrucción del club de esgrima. También debía revisar del comedor, ver el estado de las instalaciones y asegurarse de que el lugar estuviera presentable para la subasta.

Hange no podía negar que sentía cierta ansiedad. El club de esgrima era su pasión y no soportaba la idea de que se viera obligado a cerrar sus puertas por falta de recursos. Los directivos de la universidad habían argumentado que las reparaciones del edificio llevarían demasiado tiempo y que era mejor cancelar las actividades del club hasta nuevo aviso.

Sin embargo, Hange no estaba dispuesta a rendirse sin luchar. Ella, Levi y sus amigos habían dedicado mucho esfuerzo al club y no permitirían que se perdiera por la burocracia. Con la ayuda de sus compañeros de biotecnología, estaba segura de que podrían reconstruir el club y hacerlo aún mejor que antes.

Con renovada determinación, Hange salió de su apartamento y se dirigió al campus universitario.  Al llegar al club, Hange se encontró con un grupo de estudiantes de biotecnología  y sus compañeros esgrimistas que ya estaban trabajando. Algunos limpiaban las instalaciones, otros revisaban el estado de los equipos y otros se encontraban en el comedor universitario organizaban el espacio para la subasta. Hange se unió a ellos de inmediato y se puso manos a la obra.

Las horas siguientes fueron llenas de actividad. Todos trabajaron con entusiasmo y dedicación, animados por el deseo de salvar el club de esgrima. Hange se movía de un lado a otro, supervisando el trabajo y animando a sus compañeros. Finalmente, cuando el sol comenzaba a ocultarse, todo estaba listo para la subasta. El lugar estaba limpio y ordenado, las mesas estaban dispuestas con los objetos que se subastarían y los estudiantes se habían vestido con sus mejores galas, para poder ser subastados también, a lo lejos observo como Levi venía vestido con aquel disfraz,  soltó una gran sonrisa.


-Te ves muy bien

- Todo sea por animar, seguro tu idea dará buenos resultados, gracias Hange

- Sabes debes animar, que todos vean lo talentoso que es el maestro Ackerman

- ¿Qué se supone, que debo decir? 

- Que la fuerza te acompañe, es la típica frase jajaja, Eren te gano el disfraz de samurai, ahora deberás ser un jedi Levi.

Hange no podía evitar girar alrededor de Levi, admirando cada detalle de su atuendo. La túnica negra caía hasta el suelo con fluidez, acentuando su esbelta figura. El cinturón negro marcaba su cintura, realzando su masculinidad. Y el sable de luz que colgaba de su cadera le daba un aire de misterio y poder.

LEVIHAN HISTORIAS CORTASWhere stories live. Discover now