Capitulo 10

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Caminé junto a Takeshi a cuestas hacia la salida del edificio en construcción. El velo que rodeaba el lugar comenzó a desaparecer lentamente, revelando la luz del exterior. Vi a Geto esperando en la puerta con una sonrisa. Al verlo, mi puño se apretó con frustración. ¿Cómo podía estar tan tranquilo después de lo que acababa de enfrentar? La sensación de ira creció en mi interior, pero luego me di cuenta de que no tenía sentido estar molesto.

Con un suspiro, dejé de lado mi resentimiento y enfoqué mi atención en Takeshi, asegurándome de que estuviera bien. Aunque había sido una experiencia aterradora, habíamos salido de ella juntos, y eso era lo que importaba en ese momento. 

Al llegar a la puerta, Geto nos recibió con una mirada tranquila. "Lo hiciste muy bien, Sora-san", dijo con calma. Joder, quiero golpearlo.

"Parece que tienes más potencial del que pensaba", agregó, dirigiéndose a mí con una sonrisa enigmática.

¿Eh? Solo hice un portal. ¿Cómo puede ver potencial en eso? Bueno, él es de grado especial, tal vez está viendo algo que yo no veo.

Geto pareció darse cuenta de Takeshi, quien aún estaba un poco aturdido por la experiencia. Se agachó a su nivel y le ofreció una sonrisa tranquilizadora. "¿Estás bien, pequeño?", preguntó con amabilidad.

Takeshi asintió lentamente, sus ojos aún reflejaban el miedo de lo que acababa de presenciar. "Sí, gracias... gracias a Ryu", respondió tímidamente, expresando su gratitud hacia mí.

"Bien hecho, Ryu-san". dijo Geto.

Arqué una ceja, confundido por la actitud de Geto. ¿Por qué actúa de esa forma? Él fue el que metió a Takeshi en esto.

Aunque me sentía tentado a confrontarlo, decidí contener mi ira por el momento. No era el momento ni el lugar adecuado para discutir. Además, necesitaba obtener más respuestas antes de tomar cualquier acción.

"Gracias, Geto-san", respondí con una mueca de agradecimiento, aunque mi tono no reflejaba del todo mi verdadero sentir.

Geto pareció notar mi reserva, pero no hizo ningún comentario al respecto. En cambio, se puso de pie.

"Tu madre debe estar muy preocupada, deberías tener más cuidado para la próxima", dijo Geto, dirigiéndose a Takeshi.

Takeshi asintió y soltó mi hombro, dirigiéndose hacia la salida. Me quedé unos instantes más con Geto, sintiendo su mirada penetrante sobre mí.

"¿Por qué lo salvaste?" Geto me miró con su sonrisa calmada desapareciendo lentamente.

Me quedé en silencio por un momento, reflexionando sobre la pregunta. ¿Por qué había tomado la decisión de arriesgar mi vida por Takeshi, alguien a quien apenas conocía? La respuesta no era tan simple como podría parecer.

"No lo sé", respondí finalmente, tratando de encontrar las palabras adecuadas. "Supongo que a veces, no necesitas una razón lógica". Fui honesto. No tenía idea de por qué lo hice, pero después de hacerlo no me arrepiento.

Geto asintió lentamente, como si entendiera algo que yo aún no alcanzaba. Su mirada penetrante me hizo sentir incómodo, como si pudiera escudriñar mis pensamientos más profundos.

"Recuerda, Ryu, este mundo es cruel. Si intentas salvar a todos los monos, solo te darás cuenta de que todo tu esfuerzo fue en vano", advirtió, su voz llevando un tono de sabiduría sombría.

Estaba a punto de responder, pero un escalofrío me invadió. Miré a la izquierda y vi energía maldita brotando del suelo. Pasó bajo nosotros y siguió adelante directo a...

OH no, no, no. Todo ocurrió en segundos cuando me di cuenta de que la energía maldita que veía se trataba de una maldición, y esta maldición se dirigía directo en la dirección de Takeshi.

¡Corre, Takeshi! grité alzando el brazo en su dirección.

Takeshi, que estaba a pocos centímetros de la salida, volteó en ese preciso momento, pero fue demasiado tarde. Una fauces surgieron del suelo, atrapándolo en un instante. A pesar de haberlo visto tan lento, mi cuerpo no fue capaz de reaccionar a tiempo.

El horror me invadió mientras veía impotente cómo Takeshi era arrastrado hacia abajo por la maldición. Caí de rodillas, sintiendo una sensación abrasadora recorrer mi cuerpo. Mis manos temblaban mientras intentaba levantarme, pero mis fuerzas parecían haberse evaporado en un instante. El mundo se desvaneció a mi alrededor, dejándome en un abismo de oscuridad y desesperación.

"Takeshi..." murmuré, mi voz apenas un susurro perdido en el vacío. La figura de Geto se acercó a mí lentamente.

"Qué extraño, juraría que solo había una maldición en el edificio", dijo, su voz sin rastro de tristeza por lo sucedido. Sus hombros se movían como si no fuera gran cosa. Me miró de nuevo.

"¿Ves ahora, Ryu? Este es el precio de la bondad en un mundo como este", dijo, su voz resonando en mi mente como un eco distante.

Quería gritarle, quería acusarlo de ser el responsable, pero las palabras se quedaron atrapadas en mi garganta. El dolor y la incredulidad me inundaron mientras observaba impotente cómo Takeshi era arrastrado por la maldición.

"Se está haciendo demasiado tarde, Ryu", comenzó a caminar hacia la salida rodeando el hoyo donde antes estaba Takeshi. Cuando vio que no lo seguía, soltó un suspiro.

"Sé que no es lo que esperabas, pero así son las cosas. Mmm... ¡ya sé! Aún queda un restaurante de comida rápida cerca de aquí, puedes pedir lo que quieras, yo invito", su sonrisa calmada volvió. Giró de nuevo, esperando que lo siguiera.

Pero en vez de seguirlo, alcé mi mano en su dirección. Puede que acabara de descubrir mi técnica maldita, pero ya me estaba formando una idea de cómo usarla. Estaba molesto y aunque no tenía muchas pruebas, estaba seguro de que todo esto fue planeado por él.

"No haría eso si fuera tú". Geto no volteó a verme, pero pareció darse cuenta de lo que estaba a punto de hacer.

Me quedé unos segundos así, con la mano extendida en dirección a Geto, quien permanecía impasible, sin voltear a verme. La tensión en el aire era palpable, como si estuviéramos en medio de un enfrentamiento silencioso.

Finalmente, decidí bajar la mano, conteniendo la ira que empezaba a arder dentro de mí. Bajé la cabeza y empecé a seguirlo. No tenía ninguna oportunidad contra él, puede que estuviera enojado, pero no era estúpido. Respiré profundamente, controlando mi ira mientras bajaba la mano y seguía a Geto. Apreté los puños con fuerza, sintiendo la frustración burbujeando dentro de mí, pero sabía que no era el momento para un enfrentamiento.

Decidí guardar mis emociones por ahora y concentrarme en lo que vendría después. Observé a Geto avanzar con paso firme, y me obligué a seguirlo, preparado para lo que sea que el destino tuviera reservado para mi.


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⏰ Dernière mise à jour : Mar 30 ⏰

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