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Jungkook vio el dolor de su mirada y, por un momento, algo se despertó dentro de él, pero prefirió no hacer el menor caso. Hablar de su manera de pensar y sentir era la idea que Jungkook tenía del infierno. Sus pensamientos sólo le pertenecían a él; eso era algo que había aprendido en las calles, no debía pedir consejo ni confiar en nadie. Una lección que su exmujer se había encargado de recordarle.

—Sabemos que somos compatibles sexualmente— Siguió diciendo con voz cínica y fría —A mí me parece una buena base para cualquier matrimonio, tan buena como cualquier otra. Entre nosotros sigue habiendo tanta química como el día del baile— Insistió al ver que él negaba con la cabeza Puede que esto sirva para convencerte.

—Jungkook...

El se movió antes de que Jimin pudiera reaccionar y sus protestas murieron cuando sintió que la rodeaba con su brazo y su boca le rozaba los labios. Se apoderó de su boca con una pasión irrefrenable, con una determinación con la que pretendía hacerlo responder.

Cada vez le era más difícil resistirse. Sentia el calor que manaba de su cuerpo y su olor masculino, una mezcla de jabón, loción de afeitado y algo más, el aroma de las feromonas...., un olor que hizo que se le encendiera la sangre.

Cuando lo había besado en la iglesia, había deseado que no parara, y ahora volvía a sentir lo mismo, era como si lo arrastrara a un lugar donde nada importaba, excepto él y esas sabías caricias. Su mente y su cuerpo se enfrentaban en una batalla en la que la precaución lo instaba a luchar contra aquellas sensaciones que él provocaba..., pero Jimin sintió que su mente iba perdiendo fuerza y se imponía la fuerza del deseo.

Él hundió la mano en su cabello y lo besó aún con más ímpetu, con un erotismo que hizo que él se olvidara por completo del sentido común. Ni siquiera se dio cuenta de que le había quitado la chaqueta, de algún modo habían acabado tumbados en la cama y él ya ni siquiera llevaba puesto la camisa. Se estremeció al sentir sus dedos acariciándole el pezón hasta hacerlo endurecer.

Aquel hombre era su marido; estaban atados el uno al otro por el niño que habían concebido durante un apasionado encuentro. Quizá tuviera razón y el sexo pudiera ser un buen comienzo para aquella relación. Jimin estaba confundido, pero el roce de sus erecciones hizo que se olvidara de todas las dudas y se centrara en el deseo que sentía por él, en el calor húmedo que sentía entre las piernas.

Dejó de luchar contra él y contra sí mismo, contra los dictados de su cuerpo, y se abrazó a Jungkook. Pero en lugar de responder a la provocación de su lengua, él levantó la cabeza y lo miró a los ojos.

—La química sigue ahí, ¿no te parece, agapi? —le dijo con una arrogante sonrisa en los labios.

Entonces se levantó de la cama y salió de la habitación, dejándolo medio desnudo y solo. Volvió casi de inmediato con unas sábanas en la mano.

—Las necesitarás si vas a dormir en el sofá—
Le explicó mientras paseaba la mirada por su rostro y su pecho desnudo —A menos que hayas cambiado de opinión, claro.

—Yo...— Jimin se sentía humillado por haber sucumbido tan fácilmente a sus encantos.

—Veo que sigues sin estar seguro— Jungkook se río suavemente mientras se acercaba a la cama, momento que aprovecho para estrecharlo en sus brazos y levantarlo sin hacer caso de las protestas de Jimin —Los dos sabemos que podría pasarme la noche entera haciéndote el amor y que lo disfrutarías tanto como yo— Le dijo con una arrogancia que resultaba enervante —Pero quiero que lo desees. Nunca me he acostado con alguien que no deseara estar conmigo y no tengo intención de empezar a hacerlo ahora, agapi.

Lo llevó en brazos hasta el vestidor y lo dejó sobre el sofá.

—Ya sabes dónde encontrarme cuando aceptes la verdad.

—Supongo que para ti la verdad es que te encuentro irresistible, ¿no?— Dijo Jimin, cubriendose el pecho con las sábanas. Lo odiaba a él y se odiaba más a sí mismo por su absoluta incapacidad para resistirse —Creo que vas a tener que esperar mucho tiempo.

Como respuesta, él le dio un beso en los labios que lo dejó con ganas de más.

—No lo creo— Dijo, seguro de sí mismo —El sofá se convierte en una cama muy cómoda, así que, duerme bien, Min...— Se dio media vuelta y le lanzó una nueva sonrisa al tiempo que murmuraba —Si puedes..

....

Un príncipe para un millonario ━ KookminWhere stories live. Discover now