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Aquellas palabras salieron de su boca con un profundo dolor porque nunca se las había dicho a nadie, y se preguntó por qué sentía la necesidad de contarle todo aquello a Jimin. Él lo miró con dulzura, sin decir nada, esperando pacientemente a que prosiguiera.

—A mi madre le aterraba que acabara convirtiéndome en un delincuente— Admitió con tristeza —Pero cuando yo tenía dieciséis años le ofrecieron un trabajo de ama de llaves en casa de Larissa Petridis, que me permitió instalarme también en las dependencias del servicio. Stamos Petridis había muerto unos años antes, dejándole la empresa, Petridis Shipping, a su única hija. Larissa no estaba casada ni tenía hijos, pero enseguida me tomó mucho cariño. Se ofreció a pagarme la universidad; a mí me resultaba humillante, pero finalmente acepté la oportunidad porque sabía que con un título podría conseguir un buen trabajo y mantener a mi madre del mismo modo que lo había hecho ella conmigo.

Jungkook se tumbó de espaldas y clavó la mirada en el techo mientras su mente se inundaba de aquellos recuerdos que durante tanto tiempo había apartado de su memoria.

—Mi madre murió de cáncer antes de que yo me graduara. Theé mu, tenía menos de cuarenta años, pero había llevado una vida muy dura y eso le pasó factura; no tuvo fuerzas para hacer frente a la enfermedad. Yo me volví loco de dolor, pero Larissa me sacó de esa locura y me convenció para que hiciera algo de provecho. Me ofreció un empleo en la empresa, donde no tardé en demostrar que tenía facilidad para los negocios... aunque había rumores que afirmaban que había llegado a lo más alto porque era el amante de Larissa. No era así—
Aseguró mirando a Jimin —Para mí Larissa fue como una segunda madre y ella me trataba como al hijo que nunca había tenido..., aunque le divertia que la prensa creyera que teníamos otro tipo de relación. Era un tanto excéntrica— Añadió con una triste sonrisa en los labios —Tras su repentina muerte, yo me quedé tan sorprendido como el que más cuando me enteré de que me había nombrado heredero único de todos sus bienes. Me hice cargo de la empresa y desde entonces he trabajado mucho para alcanzar el éxito.

Dejó de hablar, tenía una mirada oscura y llena de dolor que hizo que a Jimin se le encogiera el corazón.

—Estoy seguro de que Larissa se habría sentido muy orgullosa de ti— Le dijo suavemente, pues había percibido el afecto con el que hablaba de aquella mujer que tanto lo había ayudado antes de morir y dejarlo solo de nuevo.

No era de extrañar que se mostrara tan frío e implacable; su padre lo había abandonado antes de nacer y después había perdido a las dos únicas personas a las que había querido. Jimin sintió deseos de llorar por el muchacho que había sido en otro tiempo y por el hombre que había levantado a su alrededor un muro infranqueable. Se dejó llevar por el instinto, sin preocuparse de si eso le revelaba algo a Jungkook; le tomó el rostro entre las manos y le dio un beso en los labios con el que pretendia trasmitirle consuelo y comprensión.

Un beso tan tierno que hizo que Jungkook se estremeciera por dentro.

La pasión no tardó en aparecer de nuevo. Jeon volvió a sumergirse en su cuerpo mientras se repetía que sólo era sexo. La química sexual era una fuerza muy poderosa, pero nada más, se aseguró mientras lo oía gemir de placer al alcanzar el climax.

Pero después, tumbado con la cabeza apoyada en su pecho, Jungkook sintió una relajación que no recordaba haber experimentado jamás y más tarde, con él acurrucado contra su pecho, durmió plácidamente por primera vez desde hacía años.

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Un príncipe para un millonario ━ KookminWhere stories live. Discover now