VII. Fiesta de líderes

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La cena de los líderes de la mafia era un evento cargado de tensión y peligro, donde cada movimiento y cada palabra eran medidas con cuidado mientras las poderosas figuras del inframundo se reunían para discutir sus negocios y rivalidades. Pero para Jin, la atención no estaba en los lujos de la mesa o en las conversaciones secretas que resonaban en la habitación, sino en la figura imponente de su padre, Soo Hyun.

Acompañando a su padre en este ambiente hostil y peligroso, Jin se mantuvo alerta, vigilando cada movimiento y cada gesto con una atención aguda. Sabía que su padre era el blanco de muchas miradas codiciosas y envidiosas, y estaba determinado a protegerlo a toda costa, en especial de las mujerzuelas.

Justo cuando se disponía a seguir a su padre por el salón, Jin chocó de frente con Jungkook. Un escalofrío recorrió la columna vertebral de Jin al encontrarse con la mirada fría y despectiva de Jungkook, quien rodó los ojos con fastidio al ver a Jin una vez más.

Para Jin, el encuentro con Jungkook fue como una colisión entre dos mundos opuestos: el mundo oscuro y despiadado de la mafia representado por Jungkook, y el mundo de dolor y sufrimiento que él mismo experimentaba. A pesar del desprecio evidente en los ojos de Jungkook, Jin mantuvo la compostura, resistiendo la tentación de retroceder y demostrando una determinación silenciosa en su rostro.

En ese momento, Jin se dio cuenta de que su destino estaba inexorablemente ligado al de Jungkook, como si estuvieran destinados a enfrentarse una y otra vez en el oscuro tablero de la mafia. Pero en lugar de retroceder ante el desafío, Jin se preparó para enfrentar a su adversario con valentía y determinación, sabiendo que el camino por delante estaría lleno de peligros y sacrificios. Con el corazón lleno de determinación, siguió adelante, dispuesto a enfrentar lo que sea que el destino le deparara en su camino hacia la libertad y la redención.

- Supongo que de nuevo es una coincidencia—, hablo Jungkook dejando de lado su bebida.

—Me temo que si. Créame que no estoy al pendiente de todo lo hace. Ni siquiera sabía que vendría.

—¿A una junta de líderes? Que sorpresa que yo esté aquí. ¿Verdad?—, dijo con sarcasmo.

—No es lo que quería decir—, Jin se sintió intimidado por el sujeto de casi dos metros que se acercaba a él cada vez más.

—Tuviste suerte.

—¿En qué?—, pregunto al verlo a centímetros desu cara.

—En que fui yo al que intentaste arrollar.

—¿Qué?

—Te imaginas que hubieras chocado con alguien más. De seguro lo hubieras aplastado—, Jin sintió la mano de Jungkook tocar su cintura.— Has aumentado desde la última vez que nos vimos. ¿Piensas explotar?

—¡Basta!— grito alejándolo e intentando cubrir su estómago con sus brazos inútilmente.—No me toque.

—¿No te han dicho? Nos casaremos—, Jungkook aparto las manos de Jin.— Puedo tocarte todo lo que yo quiera. Me perteneces.

-Es mentira-, los ojos de Jin se apartaron de los negros del italiano.

—Es real. Tu padre insiste en qué me case contigo, ¿Acaso nadie te quiere como para que tú padre tenga que buscarte marido?

—¡Cállate!

—Sigue soñando SeokJin, porque yo nunca me casaré con una ballena y menos tendría un hijo.

—¡Cállate!

—¿Sabes por qué?—, Jungkook se acercó lo suficiente para estar cerca de sus labios.— Porque para tener hijos tendría que tocarte y eso me da mucho asco—, con enojo Jin lo apartó enfadado y dolido.

-Hyung- llamo a su hermano en busca de una salida.- No me casaré contigo jamás- dijo viendo a Jungkook a los ojos con el corazón golpeando su pecho.

-Disculpe. ¿Quién es?- preguntó Taehyung en cuanto llegó al ver los ojos rojizos apunto de llorar de su hermano menor.

- Jeon Jungkook- se presentó el azabache en inglés con un toque de italiano en su asentó colocando en su rostro una sonrisa coqueta mientras guiñaba un ojo y darle una última mirada a Jin.- Me gustaría quedarme, pero tengo negocios que hacer.

-¿Que sucedió Jinnie?- interrogó Taehyung al ver a su hermano tan triste y con un gesto en la cara.

- Es un imbécil hyung-, sin decir nada más se marchó al baño más lejano que encontró.

El baño estaba envuelto en una penumbra tenue, solo iluminado por la luz tenue de las lámparas empotradas en el techo. Jin se encontraba de pie frente al lavabo, con la mirada perdida en el reflejo de su rostro en el espejo. Sus mejillas estaban enrojecidas y húmedas por las lágrimas que habían surcado su rostro, y su respiración estaba entrecortada por el llanto contenido.

Sus pensamientos resonaban en su cabeza, recordando las palabras hirientes de Jungkook sobre su apariencia. Cada insulto se clavaba en su corazón, haciendo que el dolor de su autoestima herida fuera casi insoportable. Se sentía atrapado en una espiral de autodesprecio y tristeza, incapaz de escapar de la cruel realidad que enfrentaba.

Cuando Taehyung entró al baño, Jin levantó la mirada sorprendido, sus ojos rojos y húmedos reflejaban su angustia interna. El pelimorado lo miró con preocupación, su ceño fruncido mostraba su indignación ante el sufrimiento de su hermano.

-Jinnie ¿Que ocurre?- preguntó su hermano mayor con una voz suave pero firme, instándolo a abrir su corazón y compartir su dolor.

Jin, con la voz entrecortada por el llanto, le confesó a Taehyung las palabras crueles de Jungkook y cómo habían herido su autoestima.

-Jungkook se a burlado de mi físico hyung. Dijo que jamás se casaría con una ballena y mucho menos iba a formar una familia con alguien como yo.

Sus palabras resonaron en el silencio del baño, revelando la profunda herida emocional que llevaba consigo. Taehyung sintió una oleada de ira y determinación arder en su pecho al escuchar el sufrimiento de su hermano, y sin dudarlo, decidió tomar medidas.

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