-Capitulo 5

814 108 62
                                    

• Fanática •

Era viernes por la tarde, la lluvia seguía acaparando toda la ciudad, eran casi las tres de la tarde para que todos los universitarios se retiraran a sus hogares, además el frío comenzaba a brotar por la fuerte tormenta que se aproximaba.

Debido a los truenos y la temperatura que bajaba los universitarios salían corriendo por no empaparse, ya que probablemente no llevaban un paraguas para cubrirse, es algo común, el pronóstico siempre se equivoca. Incluyendo al mismísimo Shadow, que se encontraba caminando por la hora de salida, tranquilamente, el oji-rubí nunca le ah tenido miedo a la lluvia, en realidad ama la lluvia.

Al estar caminando, cualquier cosa podría pasar a estrellarse con el...

O alguien.

Bajo el último escalón, que sin previo aviso fue empujado con una fuerza mayor, parecía que iba a gran velocidad para no empaparse de la brisa que emitía el cielo.

—¡Oh, por Dios!, lo siento, lo siento mucho.

Dijo una ardilla antropomórfica, con un pelaje rojizo, ojos azules como el cielo.
Pareciera que fue una gran vergüenza haber caído encima de Shadow.

O una bendición.

No dejaba de disculparse por su torpeza al correr, mencionado azabache solo la miró serio, no sabía si molestarse o calmar a la chica que por algún momento se había puesto algo histérica por la pequeña situación.

—Si, no te preocupes—Contestó el azabache tratando de no parecer molesto—Pero, ¿Podrías levantarte?

—Maldición, perdón.

Era como si dicha ardilla ya hasta se había puesto cómoda en el pecho del azabache para seguirse disculpando, creo que el pelaje blanco y esponjoso de Shadow era tan suave cómo para quedarse dormido.

Se levantó al igual que ayudo al moreno a levantarse.

Shadow reviso por todo su cuerpo, en efecto su atuendo favorito estaba cubierto de lodo por casi todo el pantalón.

Ya tenía bastante con molestarse con dicho erizo azul como para peliarse incluso con una chica desconocida, no le reclamó en lo absoluto. Talvez era lastima, habían cuadernos por todo el suelo, todos llenos de lodo y hasta casi rotos por la humedad del agua.
Sin dudarlo, ayudo a la chica a recoger sus útiles. Está le agradeció por su ayuda, aún casi sonrojada, y decidió proseguir a disculparse nuevamente.

—Deja de disculparte, no es para tanto—Respondió Shadow completamente frío ante la situación.

—Si, se que no es para tanto, pero... Eres Shadow.

—¿Me conoces?—Preguntó.

—¿Conocerte?, las chicas hablan de ti a diario, siempre eres el centro de atención cada que juegas fútbol. Todas te quieren.

Esa respuesta fue algo sorprendente e inesperada, pero ahora todo coincidía para el azabache.

Las cartas de amor dentro
del casillero.

Los pequeños bocadillos que recibía.

Las porras que le daban
al estar en medio de la cancha.

Las chicas que le escribían (y sepa Dios como conseguían su número telefónico.

Todo había tomado forma, ¿Cómo Shadow no sabía de eso?, era notorio.
Capaz no lo sabía porque no tiene ninguna amistad femenina para contarle que las chicas no se sacan su nombre de la boca.

Tenías que ser tú •[Shadonic]Where stories live. Discover now