Tenías que ser tú •[Shadonic]

-Capitulo 16

• Tu y yo,
bajo la lluvia •

|Narra Shadow|

A veces el amor es como un mundo donde no a todos nos va bien, dónde unos caen con rapidez ante su hermosa magia, dónde otros tardan años para experimentar el amor, incluso unos que no creen en ese mundo. Pero ante todo eso, siempre el amor es más fuerte, te hace sufrir como nunca, pero de igual manera te repara. Son las pocas cosas que eh escuchado acerca de eso.

Y si, como muchos fui quien había entrado a ese mundo, y que mejor con alguien que en mi vida pensé. En un chico casi contrario a mi.

~Sonic The Hedegnog~

Era su nombre.

Nos besábamos bajo la lluvia. Después de hacer un teatro ese mismo día, después de haberme decidido en no volverle a hablar, era extrañamente alocado.
Todos nos verían como si estuviéramos locos, o que solo éramos dos chicos sin saber que quieren, que les gustaba llamar la atención o que solo se querían para pasar el rato.

Jamás lo vería de esa manera.

Al fin y al cabo los comentarios y miradas criticónas, estaban sobrando. Siempre lo vería como en la primera vez que me enamoro, como en ese algo que nunca supe que buscaba.

Cómo en ese primer amor

Qué pase lo que pase.
Sería el primero, el único y el último.

Después de todo, solo éramos el y yo bajo la lluvia, empapados, con nuestros pechos juntos, nuestros labios unidos.

«Mi chico, novato.
Te denomine de esa manera,
te amo, eres un completo idiota
que ama los chillidogs, pero ahora...
Serías MI idiota amante de los chillidogs»

Nos separamos. Me miró con esa sonrisa radiante, con esos ojos que estaba apunto de obsesiónarme de ellos. Ya lo estaba.

De la misma manera le regale una sonrisa, que no a cualquiera se la había demostrado por mucho tiempo, una sonrisa sincera.

—Shadow...—Dijo mi nombre, me encantó como lo menciono.

¿Y con su sonrisa? La mejor combinación.

Los autos pasaban, las personas a nuestro alrededor caminando, locales llenos. Todo ese mundo, todo a nuestro al rededor jamás sería importante.
En un mundo tan mierda, dónde los jóvenes no sabían lo que querían, que solo se buscaban para follar, para sus placeres sexuales.

No importaba si al fin un par de chicos aún no perdían en ese amor puro y sincero.

¿Qué más da si hace unas semanas nos odiabamos?
¿Importaba ser dos polos opuestos?

¿Qué carajos importa si solo éramos «Un chico hiperactivo y un azabache gruñón»?

La lluvia no pararía ni por chiste esa noche. Me alegraba que no fuera así. Fui el más feliz tenerlo entre mis brazos, viéndonos a los ojos sin darle importancia a todo, sin importar que al día siguiente amaneceríamos con severa gripe.

—Sonic...—Mencioné su nombre, embobado en sus ojos que me teletransportan a otro planeta.

Me sonrió aún mejor, seguía sin entender como sus mejillas no se cansaban de estar siempre arriba. Joder era tan perfecto esa noche.