34 Libertad o soledad💖🔥

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—Felipe vienes de una cirugía, de la cual, no te has recuperado por completo

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—Felipe vienes de una cirugía, de la cual, no te has recuperado por completo. Has sufrido la pérdida de tu padre, yo creo que...

—Estoy bien, Mirás. —Felipe se cambiaba para comenzar con el entrenamiento—. Voy a salir adelante. Tengo la exhibición y Frankfurt en la cabeza. No voy a perder más tiempo.

—No tienes que demostrar nada, ¿sabes?— Su entrenador estaba cruzado de brazos.

—Lo sé—replicó—, y con los golpes de la vida me he dado cuenta de que no debo demostrarle nada a nadie. Soy yo mi mayor competencia, mi peor adversario siempre fui yo.

Mirás le sonrió. Al fin lo entendió.

—¿Sabes cuánto tiempo he esperado para que te dieras cuenta de ello?

—Y habrías seguido esperando, pero para mí alegría o mi tristeza, o un poco de las dos, apareció alguien que en un primer momento me causó mucho dolor, pero ahora me hizo más fuerte. Soy valioso, me lo demostró, y lo entendí—explicó Felipe. Mirás omitió hacer preguntas. Siempre fue muy reservado de la intimidad de sus deportistas.

Felipe corrió al lado de Mirás. Eric iba un poco más atrás, y le seguía el paso. El entrenamiento principal lo hacían fuera de Moscú. Eric movilizaba parte de la custodia para asegurar el perímetro. Nunca lo dejaba solo. Desde allí iban al gimnasio y comenzaban con ejercicios de fuerza.

Felipe almorzaba algo liviano junto a Eric y volvía al entrenamiento. Alternaba velocidad y recorría de punta a punta la cancha. Mirás daba las indicaciones.

Eric se mantuvo sentado en las gradas. Le encantaba ver a Felipe entrenar. Era increíble la fuerza y vitalidad que tenía, incluso después de toda una noche de sexo. Felipe era insaciable, no conocía límites cuando se trataba de entregarse y tomar todo lo que su amante le daba.

Las sábanas estaban sucias y mojadas al día siguiente. Las dos empleadas que hacían el servicio doméstico eran discretas y siempre se mantenía imperturbables, pero de seguro pensaban que Felipe Becerra era una máquina sexual en la cama.

Nadie se imaginaba que Eric y Felipe estaban juntos, a excepción de su entorno más íntimo.

—Y aquí estás como un buen perrito guardián ¿Vas a mover la colita también y poner tu barriga para que te la acaricien?

Eric entornó a los ojos cuando esa horrible voz lo sacó de los pensamientos. Ander se sentó a su lado sin siquiera preguntar. Carlos llegó un minuto después y lo saludó.

—Hola, Eric—saludó Carlos.

—Carlos—replicó de manera escueta.

—¿Cómo está Felipe? —preguntó el mánager—. Él me asegura que está mejor que nunca pero no lo sé. Es algo muy difícil lo que le ha sucedido, por eso te pregunto a ti. Espero que no te moleste.

Breakpoint - Bilogía Matchpoint libro 1 (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora