Juego del destino - (Eduardo Camavinga)

Capítulo 28

-Viernes por fin- Isabel se estira sobre la mesa.

-¿Has visto el correo del profesor?- le pregunto mientras se despereza.

-Sí, tenemos que ir el lunes a la oficina en Valdebebas- oír ese último nombre me tensa inmediatamente, ¿Cómo será verle en ese contexto?- en verdad 0 ganas, ósea tenemos examen el miércoles y esto empieza el lunes, no se cuando voy a tener tiempo para estudiar.

-No seas quejica anda, hay que valorar las oportunidades de la vida- sonrío

-Ojalá tener esa mentalidad.

-Es el fruto de meses de terapia- confieso de forma natural, ir al psicólogo debería ser tratado de una forma mucho más natural de lo que la gente lo hace.

-¿Y eso?- su pregunta me tensa un poco, pero supongo que es momento de contarle que me trajo aquí de verdad.

-Muchas cosas la verdad, situaciones, personas...

-¿Es eso por lo que quisiste venirte aquí a vivir?- asiento

-No me sentía valorada allí, y tampoco creo que tuviese motivos para quedarme, no encajaba con la gente, mi novio me había dejado por otra chica - abre los ojos al escucharme decir eso y creo que muchos de mis comportamientos respecto a su hermano empiezan a encajar en su cabeza- algunos de mis amigos lo sabían y no me dijeron nada, me sentía bastante insegura en cuanto a todo, estuve mucho tiempo replanteándome que había hecho mal para estar en esa situación hasta que decidí dejar de compadecerme de mi misma y hacer algo al respecto- pasa una mano por mis hombros reconfortandome - Ali que decidí buscar un psicólogo, estuve yendo unos meses y entonces surgió la oportunidad de irme, al principio pensé que estaba huyendo peor luego me di cuenta de que no podía tomar las decisiones en base a lo que otros fueran a pensar, así que ahora estoy aquí, intentando buscar un pequeño hueco en el mundo.

-No tenía ni idea de todo eso- dice con los ojos tristes.

-No tienes que sentirte mal, ahora estoy aqui y si te digo la verdad me siento muy agradecida de todo lo que ha pasado porque me a hecho estar aqui. -me abraza sonriente

-Yo también me alegro mucho de que estés aquí- le devuelvo el abrazo hasta que el sonido de mi móvil rompe el momento mágico.

-Es tu hermano - contestó al teléfono- está bien ya salgo. - guardo el teléfono en la mochila y me apresuro a despedirme de mi amiga para no hacerle esperar- dice que está fuera así que me voy antes de que algún fan loco le secuestre- me sonríe y salgo del aula.

De nuevo esa imagen que tanto me incomoda aparece de nuevo ante mi, Edu rodeado de gente, no es que no me parezca bien que se involucre con el publico mas bien todo lo contrario, lo que no me gusta es tener que interrumpir esos momentos, sentirme observada, juzgada. Termina de hacerse unas fotos con unos chicos que creo que he visto alguna vez en clase y me acerco a ellos.

-Hola- saludo algo tensa por la situación, Edu me mira haciendo que mi corazón comience a latir mucho más fuerte, los chicos reparan en mi presencia y sonríen.
-Hola, no sabíamos que salías con un futbolistas- los 3 se ríe y Edu sonríe tratando de disculparse.
-Solo somos amigos- me adelanto a decir provocando una mueca por parte del francés ante la brusquedad de mis palabras, no quiero que nadie piense lo que no es y de momento no hemos formalizado nada, no se le dan los privilegios de una relación a alguien que no tiene pensado implicarse emocionalmente

-Esta bien- los chicos se deciden con un apretón de manos a Edu y le agradecen por las fotos, sonríen al pasar por mi lado y se alejan.
-¿Qué tal la mañana?- dice rodeando el coche, abro la puerta y subimos a la vez, trata de que mi pulso vuelva a relajarse tras este momento tenso.
-Bien, ya nos han dicho que el Lunes tenemos que ir a Valdebebas- me fijo en su reacción esperando poder deducir que piensa después de lo de otro día y los posteriores mensajes.
-A partir del lunes vamos a ser compañeros de trabajo- sonríe poniendo la mano sobre mi muslo a pesar de que esta cubierto por la tela del pantalón toda mi piel arde ante su tacto, una explosión de mariposas recorre mi estomago y entonces sigue hablando- le he contado a algunos de los chicos que vas a venir a trabajar allí - sonríe sinceramente
reaccionando de una forma muy diferente a como lo hizo el otro día- ya conoces a algunos, pero bueno- empieza a ponerse nervioso- yo, la verdad es que no se como decir esto porque nunca he estado en esta situación, a verdad es que la primera vez que te vi fue como sentir un flechazo, no se muy bien si eso es posible o no, pero cuando ya te vi en mi casa, fue como si el destino quisiese gritarnos algo - la miro con los ojos llenos de sorpresa, no me esperaba esta reflexión sobre los que siente cuando me he subido al coche-lo que quiero decir Sheila - respira profundamente armandose de valor- me gustaría poder presentarte como mi novia
¿qué opinas?