Celeste y Alessandro contraen matrimonio de una manera muy poco convencional y deben lidiar con lo que les tocó por decisiones ajenas a ellos.
🎖🎖🎖
Celeste l...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Villa Elixir
A pesar de que parecía que Alessandro se había relajado los días siguientes y vuelto a ser el amable y cariñoso hombre que le gustaba Celeste después de aquella tragedia, se puso serio y frío el día en que debían presentarse en el festival de vinos en Bari.
Celeste no estaba convencida en ir porque veía las expresiones del rostro de su marido conforme se acercaba la hora en que debían irse de la villa, también sabía que tenía que dejar solo a su hermano, pero este cuando estaban solos en la habitación de la chica, le dijo la verdad en la cara.
—Te lo voy a decir sin vueltas porque creo que lo necesitas, estás siempre pendiente de mí y vos no disfrutas nada, es hora de que lo hagas, ¿no te parece? —admitió con énfasis en su voz—. Yo tengo un grupo de amigos que a su vez son mis compañeros de clase, mal que mal me voy entendiendo con ellos y la paso bien, tengo un grupo sano que no hace líos ni se mete en problemas, fui de campamento y la pasé genial, ¿por qué vos no podés hacer eso? ¿Pasarla genial también? —cuestionó frunciendo el ceño mientras la miraba.
—¿No te gustaría volver? —le formuló intentando cambiarle el tema, aunque no sabía por qué se lo había cuestionado.
—¿Para qué? No tenemos nada allá y no nos espera nadie tampoco —respondió tajante—, solo esta Martín, que es un pelotudo.
—Ay, la boca, Alan —se quejó.
—Es la verdad, incluso a los chicos les enseñé a decirlo y no sabes las risas que nos largamos cada vez que intentan pronunciar la palabra —rio casi a carcajadas al recordarlo—. Y no, no quiero volver, no quiero porque no tenemos nada allá, solo un departamento y sobre papá, siempre lo vamos a recordar... Y Martín te hará la vida imposible si sabe que volvimos, ¿eso querés? —inquirió con énfasis en su voz—. ¿Que te acose y te obligue a algo que no querés hacer? —su pregunta la dejó muda, pero le habló de nuevo.
—El marido que tengo a pesar de lo cambiado que está, parece que volvió a ser el del principio cuando las cosas estaban tirantes entre los dos.
—Pero por lo menos estás segura acá. Y sí, al principio no me caía nada bien, Alessandro, por la manera en cómo te miraba y te hacía a un lado, pero después vi que algo había cambiado entre ustedes.
—Hasta que apareció otra vez su exnovia, la mujer con la que estaba a punto de casarse, no puedo competir con alguien así.
—No necesitas competir, Celes.
—Todavía me siento una intrusa, me siento desencajada, me dio la insignia de su madre, vamos a eventos juntos, pero él... Alessandro parece que no es el mismo desde que la volvió a ver acá y tengo que aguantarme esto, ¿no?
—Sí, pero no por mí, sino por vos misma. Tenés que empezar a soltarme, hermana. Estás demasiado pendiente de mí y vos no vivís como te lo mereces.
