La noche es larga y dubitativa

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Clara

El imbécil no cogía el teléfono, y yo me estaba empezando a desesperar. Jorge esperaba ansioso al ver que llegaba la hora y debíamos de facturar las maletas, comprobar que todo estaba bien y que el visado se hubiese tramitado correctamente. De mientras fui hablando con Tomás y mis amigas.

"¿Ya estás con el imbécil? De repente se ha vuelto un cerrado de mente cuando se trata de hablarle de su hermanita. Ya le he dicho que tu no lo eres tanto."

Tomás me ponía muy cachonda porque era un gilipollas perdido que sabía que con pasarle una foto de mi tanga se pondría loquísimo y vendría a donde quisiese. Será por eso que me da tanto morbo, con las otras es tan estúpido y conmigo es tan implicado que me hace dudar de sus intenciones de un simple rollo.

"Pues no la verdad, y el muy imbecil ni me ha respondido al mensaje, lo ha leído a las 21:23 pero no ha respondido"

Tomás se extrañó de que siendo las 21:45, estando al lado de la mansión su casa, tardase tanto.

"Ya ni sabe conducir. El muy estupido ha cogido el coche nuevecito de papá, su queridito audi r8, para fardar, y ni sabrá como funciona"

Cuando este mensaje me llegó, me entró un dolor de cabeza demasiado fuerte. Tanto que no pude ni responderle. Algo en mí salió de mi boca sin pensarlo, y le dije a Jorge que acelerase para la mansión donde estaban celebrando la fiesta. Quizás por el camino nos lo encontrábamos.

Cuando vi que detrás de esos árboles se escondía un coche nuevo de paquete estrellado, me entraron mil males por el cuerpo. Jorge llamó a una ambulancia y yo fui directa a dentro del coche.  Estaba dentro Lucas. No habían heridas graves, no había mucha sangre, pero el morro del coche estaba estampado y la parte del copiloto totalmente abatida por una rama de un árbol enorme. Lucas no reaccionaba, no respondía. Lo moví al suelo de mientras llegaba la ambulancia, a pesar de que está mal mover a alguien con una posible rotura, pero de esa manera no podía realizarle las técnicas de reanimación, ante la duda, debían hacerse.

Lo estiré en el suelo con ayuda de Jorge y cuando me vi valiente, chocaron mis labios con los suyos y decidí reanimarle ante varios intentos fallidos de reanimación manual. Empezó a notarse un sonido grande de ambulancias. Notaba la desesperación cada vez creciendo más, Lucas no respondía, no hablaba, solo tenía pulso y algunas heridas superficiales. No sé que le había podido pasar pero tenía un mal presentimiento desde que Tomás me había escrito, mi intuición no falla de ninguna manera.

Empecé a llorar, empecé a ponerme muy nerviosa, ansiosa, con un ataque de ansiedad que no tenia explicación si se relacionaba con los sentimientos que podía sentir por él, pues hubiese sido igual la situación entre él y una persona de la calle que acaba de caerse de una moto, le intentaría ayudar, pero no sé de que manera me afectaría tanto, que hasta el corazón me dolía.

Lucas se fue inmobilizado al hospital más cercano, y a pesar de las insistencias de Jorge, de subir a la ambulancia él y no yo, lo hice yo. Empecé a desesperarme, Lucas había bajado oxígeno en el camino. Empezaron maniobras de reanimación hasta que se dio el momento de turnarse entre todos, porque no podían más.

Recordé las técnicas que me enseñaron en Cruz Roja en mi voluntariado, y decidí envalentonarme, apartar a todos los sanitarios y hacerlo yo. Estaban agotados, y ese no era mi lugar, ellos de hecho, evitaron que lo hiciese, pero una fuerza sobrenatural y un atrevimiento pudieron conmigo y pude empezar a reanimarle. Los médicos empezaron a criticar mis tecnicas, a como lo hacía, intentaban quitarme de encima de él.

Solo podía observar sus ojos, sus labios, su cara pálida con heridas, su camisa negra, y se me retorcía el alma de pensar que pudiese pasarle algo. No entendía como me podía afectar la pérdida de una persona en mi vida que he conocido hace días, como si la conociese de hace años y años y años.

Me estaba empezando a cansar, pero yo seguía. De mientras, Lucas entró en parada cardiorespiratoria. Los medicos se echaron las manos en la cabeza, no podían hacer nada, y nadie podía hacer nada para quitarme de encima de él.

Notaba su mano caliente en mi vientre plano y agitado por los nervios y la respiración, y cuando estábamos entrando por la puerta de urgencias dirección reanimación con placas, Lucas me rozó su dedo índice en el estómago y noté como si introduciese dentro de mi un brillo de color blanco y saliese por toda mi alma y me hiciese brillar. No entendía nada pero la unión que tenía con ese chico era algo fuera de lo común, era un apego inexistente e imposible porque humanamente los sentimientos se van formando a través de vivencias compartidas y de momentos, legítimamente es imposible encariñarse con alguien en tan pocos dias como lo hice yo, además de la manera en la que comenzamos.  No entendía nada y hasta yo misma no entendía.

Los médicos me felicitaron, y cuando Lucas pudo abrir los ojos, me dijo mirandome fijamente a los ojos:

- Eres un ángel, mi ángel, mi destino.

Se le notaba aturdido, me costó entenderlo, y creo intuir que él ni sabía que era yo quien le estaba practicando reanimación.

Con las horas, después del vuelo perdido, estuve hablando con Marcos y con mi madre, y les fui informando. Ellos aún no podían venir de camino, seguían en Ibiza, pero les fui explicando todo.

-  Está bien, lleva horas estable, sin hablar cosas con sentido, pero los medicos lo atribuyen a la contusión. En unas horas debería regular lo que dice y ser consciente.

Los médicos me explicaron que sufrió un accidente que le golpeó en la cabeza, y al hacerlo, los recuerdos se le quedarán borrosos por un tiempo pero podrá hacer su dia a dia. Ahora está como en un efecto de amnesia, además de por el efecto del alcohol, por algunas medicinas subministradas.

- Lucas, diablo, ¿cómo conduces bebido?
- Eres un angelito de verdad, vas con tu propio vestido blanco, si esto es el cielo, quiero quedarme a tu lado

Los médicos reían.

- ¿Es tu pareja sentimental verdad? Desde que ha recuperado la memoria solo habla de un ángel y una historia enturbiada entre sentimientos, no sé, parece que habla de ti, ahora lo entiendo.

Me quedé bloqueada. Le dije que no, además le expliqué lo poco que llevábamos relacionándonos, y los médicos no entendían nada que no fuese por la contusión. Pero a mi algo me decía que eso no era así, algo había en él y en mí que tenía que descubrir ya. No me entra en la cabeza como por encima de la razón y él raciocinio, que sería tener empatía a nivel humano, tengo empatía a nivel sentimental. No entiendo absolutamente nada. Me pasé toda la noche con él y no paraba de decir cosas sin sentido. Me reía pero a veces me quedaba embobada, no entendía nada. Tenía la sensación de que todo fuese un sueño con giros negativos y positivos constantemente.

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⏰ Last updated: Apr 08 ⏰

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Esencia de ángelWhere stories live. Discover now