KYUNGSOO
Quería quedarme con él. Demonios, no sabía por qué. El niño era más como una molesta mascota que cualquier otra cosa, pero la idea de rechazarlo hizo que me doliera el estómago. Mientras Jongin salía de la habitación después de hablar demasiado, me giré para mirar a mi hermano.
-Es un problema. -Dijo Chanyeol.
Hice una mueca.
-¿Por qué lo dices?
Mi hermano se recostó en su silla, meciéndose casualmente mientras entrelazaba sus dedos.
-La forma en que lo miras, la forma en que se esconde detrás de ti, y no olvidemos la forma en que lo despediste para que estuviera fuera de mi campo de visión. -Los ojos de Chanyeol me recorrieron. -No necesito que descuides los trabajos que te propongo.
Quería burlarme. El sonido se quedó en mi lengua como una película espesa, pero no lo logré. Chanyeol podría ser un cabrón malhumorado, y no estaba buscando molestarlo. Metí las manos en los bolsillos de mis pantalones, sin apartarme mientras él me miraba como si tuviera una segunda cabeza.
-Realmente sabes cómo sacar algo de mierda de tu trasero, ¿no? -Yo pregunté. -Nunca descuido mis deberes contigo.
Las cejas de Chanyeol se fruncieron.
-Intenta no mentir.
Muy bien, tal vez hubo algunos incidentes en los que dejé que mi mierda personal interviniera en mis negocios, ¡pero no había hecho eso en mucho tiempo! Cuando Chanyeol me daba algo que hacer, lo hacía. No solo porque era el cabeza de familia, sino porque era mi hermano, y me importaba un carajo.
-Si vas a sacar a relucir todos los errores del pasado, tengo algunos que también podría recordarte. -Dije, las palabras se me escaparon antes de que pudiera detenerme. -Entonces, no seamos idiotas y sigamos con nuestros días.
Chanyeol empujó su silla hacia atrás antes de ponerse de pie. Con su altura de metro ochenta y nueve, era más alto que mi metro setenta y tres. Sin embargo, eso nunca pareció importarle. A lo largo de nuestras vidas, habíamos peleado y peleado. Cada vez que Chanyeol de alguna manera fue capaz de patearme el trasero. Normalmente, dejo que esa lección viva conmigo, pero no hoy.
-Ese niño necesita estar en su propia casa. -Dijo Chanyeol mientras rodeaba su escritorio.
-¿Por qué? pagué por él. ¿Por qué no puedo decidir qué le sucede a él?
-¿De verdad quieres que lo diga?
La irritación se enrollo en la boca de mi estómago.
-Di lo que mierda quieras.
-Eres un irresponsable. -Dijo Chanyeol con calma. -Esta es solo una nueva forma de distraerte. Muy pronto, te aburrirás y lo echarás, pero no antes de dejar destrucción a tu paso. -Se acercó antes de poner una mano en mi pecho. -Te estoy cuidando.
El calor me consumió cuando retrocedí, arrancando su mano de mi cuerpo.
-A la mierda eso, y jódete. -Espeté. -No soy un maldito caso mental que puedes tratar con guantes de seda. Sigues actuando como...
-Nunca te he dicho o tratado así.
-A la mierda con eso. -Gruñí. -Si lo has hecho. Te digo ahora mismo que Jongin no se irá a ninguna parte. Lo compré con mi propio dinero. Ha aceptado los términos para devolverme el dinero. Eso es todo. Lo que tengas que decir no tiene peso en mi vida personal.
Mi hermano se alejó de mí y vi la ira que consumía sus rasgos. Mientras mi pecho se apretaba, lo ignoré. Sí, él era mi jefe, y debería escucharlo, pero estaría condenado si dictaba una parte de mi vida que no tenía nada que ver con él. Durante años había sido su leal mano derecha, haciendo lo que me pedían incluso cuando era difícil. No iba a dejar que me tratara como si fuera un idiota.
