Siete

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Namjoon

En algún momento me doblegue  pero no me di cuenta cuando. La tensión que había entre los dos era notoria, yo no se la estaba dejando fácil, mi retorcida mente se hizo a la idea de que ella me pertenece lazo sanguíneo o no, así que yo no me media.

Literalmente me le estaba insinuando y ella no me rechazaba del todo.

Por un momento pensé en buscar alguna mujer para quitar mis ganas y esperar que fuera eso. Pero todas eran tan simples, presumidas y sin una gota de gracia.

Kirisha es hermosa, posee un cuerpo divino, sus ojos son tan intensos que siento que me roban el aliento, sus labios son gruesos y su cabello negro tan lacio que dan ganas de enredarlo en tu puño mientras la penetras.

Me volvió débil.

Por eso accedí a traerla al hospital donde trabajaba, pero  tengo todo sitiado, el rastreador esta activo y no le deje donde escapar.

—Creo que a estas personas les dará un infarto de solo verte tan tenso.

Hoseok estaba sentado en las bancas de espera con las piernas en la mesita de enfrente comiendo galletas de una bolsa de papel.

—No soy notorio.

—Claro —se metió otra galletas a la boca —Kim Namjoon el hyungnim  de la mafia coreana no es notorio en un hospital.

—Pareces una ardilla con la boca llena, mejor Cállate.

De la nada note una figura conocida, cuando camine para seguirla escuche el mierda de Hoseok.

Apenas entre lo vi, tomando de la cintura a Kirisha. Le sostenía el rostro.

—¿Por qué estas terminando conmigo?

—Tienes dos segundos para quitarles las manos de encima.

Saque mi arma y le apunte, el noviecito estaba aquí y estoy a nada de dispararle.

—Namjoon —Kirisha se metió —baja el arma ahora, Kai ya se va.

—Tu hermano no me da miedo, si es por eso que deseas terminar.

¿terminar?

Ella esta terminando con su novio.

—Mejor cierra la boca, vete antes de que te maten —miro de tras mío —Hoseok, saca a Kai de aquí.

—Enseguida.

Hoseok tomo al imbecil del brazo y se lo llevo casi arrastrando, lo seguí con la mirada, hasta que sentí que bajaron mi brazo con el arma.

—Ya se fue, ya cálmate.

—¿Desde cuándo le das órdenes a mis hombres?

—Da igual, guarda tu arma, asustas al personal.

Mire a mi alrededor y más de una enfermera tenía cara de terror, ella suspiro y se acerco a despedirse, para irnos.

La seguí de cercas hasta que estuvimos en el auto, subió sin decirme nada.

—¿Por qué terminaste con él?

—No es de tu incumbencia.

No se porque estaba molesta, yo le dije que no la dejaría ir sola a ningún lado…

#3 Incorrect (K N J +21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora