Séptimo capítulo; ¿Y el Cuti?

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El miércoles de panchos había sido un rotundo éxito, se habían quedado hasta las tres charlando en la plaza, y después habían decidido ir hasta la casa de Nicolás a buscar un papelillo aunque Nahuel no estuviese muy de acuerdo.
La casa de Otamendi tenía dos pisos, su habitación en el segundo piso contaba con un balcón que daba al patio trasero, ahí les solía gustar sentarse a fumar mientras Nahuel divagaba charlando boludeces.
En el balcón, no surgieron muchos temas de charla serios, con prácticamente todo el grupo fumado solo podían hablar estupideces y reírse cada cinco segundos.

— ¿Para ustedes qué tendría que estudiar? — les pregunta Lucas devolviéndole el armado a Otamendi.

— Me mataste amigo, ni yo sé que quiero estudiar. — admite Enzo yendo a abrazar a Nahuel, que había estado callado durante un rato largo. — ¿Estás bien nabu? — le pregunta y el otro ríe abrazándolo como puede ya que Enzo se tiró encima suyo.

— Todo bien, todo bien. — le asegura despeinandolo con su mano derecha.

— Te sonó el celu. — le avisa y Nahuel toma su teléfono con rapidez.

— Gracias. — responde un poco distraído y se pone a contestar un mensaje con rapidez dejando a Enzo un poco confundido.

 — responde un poco distraído y se pone a contestar un mensaje con rapidez dejando a Enzo un poco confundido

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Rodrigo y Nahuel eran tan obvios como reservados, se amaban con locura y estaban juntos hacía unos cinco meses

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Rodrigo y Nahuel eran tan obvios como reservados, se amaban con locura y estaban juntos hacía unos cinco meses. Todo había sido de callados, y así se había quedado hasta el presente.
No era que les faltara confianza para contarles a sus amigos, o algo por el estilo, simplemente sentían que el momento para contárselos no se daba, y mucho menos se estaba dando ahora que Julián y Enzo se tenían un poco de odio.
Más allá de eso, ninguno le había preguntado a Rodrigo o Nahuel si estaban en algo, por lo que tampoco habían negado nada. En la escuela mantenían apariencias por mera privacidad ante los ojos juzgadores del alumnado, pero fuera de ella ya conocían a la familia del otro, y solían quedarse a dormir juntos.

𝗘𝗟 𝗡𝗨𝗘𝗩𝗢; 𝗲𝗻𝘇𝘂𝗹𝗶𝗮𝗻Où les histoires vivent. Découvrez maintenant