Capitulo:cuatro

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La noche anterior no dormí nada, ese día no fui a correr como de costumbre, los mensajes de mi papá queriendo que habláramos me ponía de muy mal humor. Quería distraerme me bañé y fui a la cafetería con mi uniforme correspondiente, ese trabajo me lo había recomendado Alex tenía que costiar mi carrera ya que mi papá no lo iba a seguir pagado, y una mañana me lo dejo muy claro.
" Ya estas muy grande y es hora de que busques un trabajo tu mamá y yo no podemos seguir pagandote esa carrera que es para hombres, tantos trabajos que hay y decidiste ese trabajo que es para hombres tendrás que pagarte la carrera más un departamento ya no viviras en esta casa, eres un estorbo, aquí no aportas para nada".
Ese mismo día me fui de mi casa tenia veintidós años vivi unos meses en la casa de Alex y un tiempo con Chris pero trate de conseguir lo más pronto posible un trabajo reuní dinero y me compre el departamento donde vivo actualmente.
Mi humor era horrible esa mañana; cuando fui al baño me miré en el espejo tenía las ojeras muy marcadas y pálida, me maquille para tapar mi cara de odio con la humanidad.

—Hola como estas Sam...¿mala mañana?.—me prenguto Victoria.

—Mmmh.—le hice una seña levantando el pulgar en señal de si

No quería hablar con nadie y tampoco quería
desahogarme me costaba mucho hablar con las personas sobre mi vida privada y si lo hacía tenia que tener mucha confianza.
Y no quería que vieran mi mal carácter, simpre me decían que me parecía a mí mamá en ese sentido.
Después de un largo día en esa cafetería queria irme a mi departamento pero no podia tenía más obligaciones y una de ellas era ir a la agencia y la más importante para mi despues era dormir, estaba cansada mentalmente y físicamente.
Llegue en taxi a la agencia, me coloque los auriculares puse música a todo volumen quería olvidar todo lo que estaba pasando a mi alrededor y esa era mi forma favorita la música.
Después de unos minutos llegué a la agencia entre como de costumbre por la puerta trasera.
Abrir la puerta y ver a Mateo me sorprendió casi no iba al taller, vi que gesticulo algo pero no entendí; Tenía todavía los auriculares puesto, le sonreí y seguí a mi puesto sin quitarme los auriculares me cambie y me arrecoste un momento afincando mi cadera a un carro me sentía incomoda con la presencia de Mateo y no sabía por que, respire hondo y me acerque para observar que era lo que tenía que hacer en una pequeña lista que nos dejaba Valentiana todos los días indicando que era lo que teníamos que hacer, en mi caso era muy fácil revisar un carro para ver si estaba en buenas condiciones.
Me acerque al carro y abrí el capo, sentí una mano en mi hombro. Tenía tanta impotencia que toda esa mañana se estaba acumulando y explote.

—¡Que mierda quieres, ya déja de molestarme estoy haciendo mi trabajo no puedo estar pendiente de ti ni de tus piropos!.

Me voltié y vi a Mateo.
Me quedé mirándolo a los ojos, vi una mirada de confusión y sorpresa.
Trague saliba solté todo el aire que estaba reteniendo. Pensé que era Santiago siempre se acercaba a mi cuando llegaba y me decía piropos que me estaba empezando a molestar un poco.

— Perdón... pensé que era alguien más, discúlpeme.— volvi a ver esa mirada intimidande- si me quiere despedir esta bien.— lo dije en un tono seco que hasta a mí me sorprendió un poco.

—¿Que tienes?.

Solte una risita nasal sarcástica —¿Qué tengo?...—me señale a mi misma apuntando a mi pecho—El peor día de mi vida, no quiero saber nada de nadie quiero llegar a mi casa meterme en la cama dormir hasta que sea el otro año y no volver a ver a mi papá ni a nadie, olvidar que voy a ser hermana otra vez, que mi papá se va a volver a casar con una tipa que le lleva veintiocho años de diferencia, que mi mamá se acaba de morir—sentía un nudo en la garganta— y...—me corte a mi misma sentía mis ojos llenarse de lágrimas.

¿Amor de verdad ? Where stories live. Discover now