Capítulo 33

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Jeff

Me despierto por el frío tanteando las sábanas para encontrar el cuerpo de Ayla, pero no estaba en la cama, así que empiezo buscarla por todo el departamento gritando su nombre, pero no había respuesta, revisando las cámaras de seguridad comprendo que ella se fue en la mañana.

¿Cómo me hace creer que hay algo entre nosotros? ¿A dónde se fue en la mañana?

Me dirijo a la cocina para tomar un trago de cerveza y veo en la mesa un desayuno con una nota de Ayla deseándome un lindo día, ¿cómo sería un lindo día si ella no estaba aquí conmigo?

Comienzo a desayunar desganado, no entiendo por qué me siento de esta manera si lo mejor es que ella continúe con su vida, terminando nuestro trato desapareceré para siempre de su vida, así que no debo involucrarme de esta manera, estoy cometiendo muchas locuras por ella y eso nos traerá problemas, especialmente para ella, no quiero que entré a mi mundo.

El teléfono suena con esa música tétrica que odio, era Tom llamándome personalmente, que extraño que quiera hablar conmigo mi padre, no puedo ignorar sus llamadas si quiero librarme de todos los problemas que él me ha provocado.

-¿Qué quieres? –le preguntó enfadado pensando en cómo podría empeorar más mi día.

-Necesito que vengas urgentemente –me contestó Tom colgando de inmediato, claro que nunca escucharía de su boca un "buenos días hijo", entre nosotros ya no existe una relación entre padre e hijo, eso se acabó.

Tomó mi teléfono, la billetera, las llaves del departamento y las llaves del auto para encaminarme hacia su lujosa mansión construida a base de dolor, pero no de mi padre, si no de todas las personas que se involucraron con él.

...

Entrando en la casa puedo sentir la tensión en el ambiente, algo no debe estar bien, así que camino hacia el despacho de Tom deteniéndome al ver que la puerta se encontraba entreabierta, eso no era normal, él nunca tenía la puerta abierta para evitar que mi madre se metiera en sus asuntos.

-Es la última vez que te lo repito –decía un hombre que estaba a la izquierda de Tom amenazándolo con un arma que apuntaba directamente a su sien.

-¿Ya has terminado? –le preguntó Tom de manera burlona, no se tomaba enserio las amenazas.

-No, esperaré pacientemente a tu hijo para que lo entiendas de la manera adecuada –le respondió el hombre presionando nuevamente el arma.

-No tendrás que esperar mucho tiempo –le contesté abriendo la puerta y caminando hacia ellos, podía ver que Tom se burlaba de mis acciones.

-Así que, ¿Tú eres el que amenazó a Dante? –me preguntó ahora apuntándome con el arma, en mi mente estaba pensando en la manera de desarmarlo.

-Sí, soy yo, veo que Dante sigue sin solucionar sus problemas él mismo y tiene que mandar a sus lacayos para limpiar su basura –le dije mientras me acercaba a él para que el arma se pegara a mi pecho.

-Espero que conserves esa seguridad cuando de verdad nos encarguemos de ti –me dijo el hombre el cual tenía las manos temblorosas por lo que con un movimiento lo desarme tomando el arma con mi mano izquierda y empujando sus muñecas con la mano derecha, no le di tiempo de reaccionar cuando ya me encontraba apuntándolo con el arma.

-¿Estás seguro de lo que dices? ¿Sigues pensando que puedes amenazarme con tanta facilidad? –le pregunté empujando el arma hacia su abdomen y sosteniéndolo del cuello de la playera.

-No vas a poder salirte con la tuya, Dante lo sabrá todo –me contestó con la voz temblorosa.

-¿Y crees que eso me importa? Estoy esperando impacientemente para destrozarle la cara de nuevo –le dije riendo recordando la facilidad con la que me encargué de Dante – quiero que le digas que para la próxima él venga, cada vez que mandé a alguien me enojaré más y no quiere ver lo que sucederá si de verdad me hace enojar, no tendré piedad esta vez.

Miedo de estar soloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora