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⚠︎ Historia sacada de TUMBLR, NO es original mía. @festering-obsession <- Autor/a Original ⚠︎
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Sʟᴇɴᴅᴇʀᴍᴀɴ
Quieres arrancarte los ojos, tirarte de la piel y gritar hasta que no se oiga nada más. Sería mejor que la paranoia constante que te corroe. Los fuertes dolores de cabeza y la mirada aturdida mientras olvidas poco a poco qué día es.
Ninguna medicina, ninguna droga puede hacerte perder ni un ápice de estos episodios aleatorios. Y lo que es peor, parecen durar más y producirse con más frecuencia. Te limpias la bilis de la comisura de los labios mientras te apoyas en la pared frente al retrete.
Incluso los médicos están desconcertados. Lo mejor que pueden decir es que estás fingiendo. Tu cuerpo está fingiendo. Entonces, ¿por qué no puedes parar? De hecho, le ruegas a tu cuerpo que pare.
No puedes ignorar el hecho de que fuiste un niño enfermizo. Constantemente cayendo bajo casi los mismos síntomas, pero después de que tus padres se mudaron, se detuvo. Ataques ocasionales aquí y allá, pero tal vez el aire más limpio lejos de la ciudad ayudó. Tus padres estaban de acuerdo en que con el tiempo se te pasó la enfermedad, con la esperanza de seguir adelante y olvidar.
Pero nunca pudiste olvidar la misma figura que te perseguía desde niña. La misma figura alta y blanca, sin rostro, con traje. Estaba en todas partes. En cuanto mirabas, estaba allí durante una fracción de segundo. Y podías sentir su aura hostil esperando para atacarte y matarte. Incluso de adulta ese rostro te perseguía.
Intentaste averiguar qué había desencadenado tus episodios. ¿Quizás después de ir al bosque con tu amigo te picó un bicho raro? ¿O contrajiste alguna infección? El bosque era precioso. Árboles altos, hierbas exuberantes, variedad de fauna y las montañas elevadas en el telón de fondo. Se suponía que todo iría bien, pero ir allí fue el peor error de tu vida. Los delirios anteriores parecían haberse multiplicado por diez y parecía que habías arrojado a tu amigo a la misma suerte que tú.
Los dos deambulabais por el bosque después de que el viento se precipitara y pareciera arrancarle el mapa de las manos. ¿Y aún mejor? Ni una señal. Cuando llegó la noche, entraste en una pesadilla de la vida real. La figura que te atormentaba de niña volvió. Y más aterradora que nunca. Pero esta vez, él también lo vio.
Tu amigo te agarró de la mano mientras los dos escapaban por los pelos de la criatura que casi se deslizaba. Apareciendo por detrás, luego por delante, y después en un maldito árbol. Cuando perdiste la pista de la figura, tu amigo también se estaba perdiendo a sí mismo. Se agitó mientras se agarraba el pelo antes de tirar de él. Por encima de tus propias ganas de hacer lo mismo, intentaste agarrarle las manos y detenerle. Tu amigo te miró mientras empezaba a arañarse los ojos.
