Never as Good as the First Time𓇼 ⋆｡˚ 𓆝

IV:Brotherswing

Cuando Vox despertó en aquel mullido lecho, su mano se estiró con una extraña esperanza de poder chocar con la piel parda de su compañero.Sin embargo, como su mente y su lógica le habían advertido, no había nadie ahí.
El hombre de tinte índigo entonces decidió empezar a erguirse a fin de indicarle a su persona que era el momento de alejarse de la cómoda cama y empezar con su día.
En su mente repasó los pasos que debía seguir para la mañana:
Podrirse una hora en la cama mientras leía alguna revista.
Salir de la cama
Desayunar
Bañarse y alistarse para el día
Darle de comer a...

—¡Vark!, Oh dios mío—Exclamó para sí mismo mientras se levantaba con una rapidez que nunca antes había aplicado.
¡Su pequeño Varky no había cenado el día de ayer por su estúpido error de perder las llaves!
¿Qué haría ahora?, ¿cómo podría llegar a su mascota sin tener en su control el único objeto que daba acceso a su hogar?, ¿estaría Vark con hambre?, qué pregunta más estúpida, ¡por supuesto que estaría casi muriendo! Mientras él había estado cenando uno de los maravillosos platillos de Alastor la noche anterior, Varky habría estado esperando por su ración de comida y seguramente, la luz de su lámpara de noche en forma tiburón que Vox siempre prendía para él.
Pobrecito, ¿cómo había sido tan egoísta?

Cuando se apresuró hacia la puerta y decidió abrirla como para correr a su hogar, se encontró con su nuevo amigo.

—Ah, Vox, buenos días— Le saludó con elegancia el moreno.
Vox lo observó de arriba a abajo (como el indiscreto que era): ese día Alastor había optado por unos panatalones grises, una camisa beige junto con un chaleco con rombos rojos y negros.Su aura parecía completamente renovada,como si hubiese tenido el mejor de los descansos el día anterior.
El de tez arena envidió por un segundo la tranquilidad del otro.
—¡Al!,¡Al estamos en emergencia!—Soltó sin siquiera contestar los buenos modales de su par, zarandeándolo con prisa—¡Dejé a Varky solo toda la noche!, nunca antes lo había dejado, lo abandoné y ni siquiera le di su cena ayer-¡estoy seguro que estaría muriendo de hambre! ,Al, tienes que ayudarme a romper una de mis ventanas para poder entrar en mi casa y- —-
Antes de que vox pudiese seguir desarrollando el fatídico escenario en su mente, el hombre de lentes sacó de su bolsillo trasero un objeto tintineante.
Solo con aquel reconocible sonido el corazón del de ojos con larimar y axinita bajó el ritmo de sus pulsaciones.
—No puede ser...¡Mis llaves!, Al, ¿cómo...—
—Querido te parecerá increíble pero justamente cuando tomé el carro y me dirigí al mercado, me encontré tus llaves en el camino,¿será que se te cayeron mientras estabas conduciendo?—Sugirió el de cabello melaza, echando un vistazo a lo apretada que estaba la playera azul que le había prestado a su vecino.

Ciertamente sus complexiones eran completamente diferentes pero no entendía cómo era que sus prendas podían hacer tan pobre trabajo con la figura ajena.
Vox tomó sin cuidado alguno sus pertenencias, analizando cada detalle de éstas.Una vez confirmó que, efectivamente, era la clave para entrar a su hogar, le dedicó una mirada cariñosa al de lentes.
—Dios Al, de verdad eres como un amuleto de la suerte—Le aduló girando un poco su rostro y tomando la nuca del otro, a fin de que sus piedras preciosas de ojos lo estuviesen solo observando a él —Eres tan bueno conmigo,¿verdad?—Ronroneó a modo de recompensa, haciendo movimientos circulares en el cuello del otro.
Alastor se preguntó en qué momento Vox había tramitado un permiso libre para tocarlo cuando quisiese y cómo quisiese.Iba a mover la palma ajena, hasta que el mismo hombre de tono arena se alejó y empezó a correr a su hogar.

—¡Gracias por todo!, prometo compensarlo pronto pero tengo que ver a Vark—

Y con eso, terminaron sus interacciones por el día.
Alastor suspiró.
Qué alivio, había planeado ir de cacería ese día y deseaba tener tiempo para él solo.

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