Una sonrisa que alegra el corazón de una pequeña niña.
Una historia de un universo alterno de La leyenda de Zelda donde no existe espada maestra ni tampoco el poder sagrado de la diosa solo un amor inocente y uno no correspondido
Espero sea de su a...
Los hermosos zafiros de Link me miraban confundido y admirado a la vez. No esperaba tal declaración por parte mía y mucho menos el beso que le había robado. Me separé un poco de él y desvié mi rostro para dejar de verle.
—No es mentira lo que te dije, Link. Mis sentimientos hacia ti son reales. Siempre te he amado desde que nos conocimos, solo que eres demasiado despistado y no te diste cuenta pero...
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—Zelda, yo...
—Déjame terminar, por favor.
Le dije poniéndo uno de mis dedos sobre sus labios para callarlo
—Link, lo único que has hecho en todos estos años es cuidar de mí, hacerme compañía y hacerme feliz. Era muy difícil que yo no me enamorara de ti. Además, si me confesé fue porque ya no aguantaba más callar este sentimiento. Tampoco espero que canceles tu boda con Mipha. Sé que ella te ama y tú a ella, pero...solo quiero que seas feliz,aunque sea al lado de otra.
Dije al borde de las lágrimas y con una sonrisa forzada, Link me miró con mucha ternura, pero cuando estaba a punto de decirme algo, el alcohol se hizo presente. Me levanté de un solo salto y empujé a Link para luego salir corriendo al baño a vomitar. Estaba tan avergonzada por lo que estaba pasando. Lo que menos quería era verme débil frente a él, en mi mente mi declaración había resultado muy diferente, pero resultó bastante mala y patética.
—Lo...lo siento
—Tranquila, ya te sentirás mejor.
Me decía mientras recogía mi cabello para evitar ensuciarlo.
No sé cuánto tiempo pasé metida en el baño, pero me sentía fatal. Me prometí a mí misma que no volvería a probar ni una sola gota de alcohol en mi vida, cosa que se me ha hecho un poco difícil de cumplir.
—Es mejor que te des una ducha para que puedas refrescarte un poco
Me dijo dándome una toalla y una camisa suya
—Gra...gracias eso haré
Dije tambaleante
—Puedo ayudarte si gustas.
Me dijo con una sonrisa dulce que causó que todo mi cuerpo se erizara
—A...Ayudarme con que ?
—A bañarte si quieres
Se burlo parándose frente a mi
—Eres un gradisimo idiota! Déjame....Déjame que yo puedo sola!
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