Ai es la prometida de Todoroki pero un viaje en el tiempo la hará darse cuenta de cosas que decidió ignorar.
Historia con contenido para 🔞🚩
🎖️ #1 Mirio
La coloreada sota en la caja está más allá del cielo.
En la mañana de este frió día, me siento triste. ... Me pregunto si los días que me diste pronto perderán su color.
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—Estás demente— su voz salió en un hilo —Regrésame de inmediato a donde estaba.
El joven hizo una mueca de espanto —Recuerdas que todos tus amigos murieron ¿Verdad?
La sangre se le heló al pensar en eso, si volvía al futuro no sería bueno y si se quedaba ¿Podía evitarlo?
—¡Ai!— la puerta de la enfermería se abrió de forma estrepitosa —¿Estás bien?— Uraraka se apresuró a colocar su mano en la frente de su amiga.
—Estoy bien— no se sentía capaz de mirarla a los ojos, fue su culpa... fue su culpa que ella muriera.
Las cejas de Uraraka se arrugaron en preocupación —No te ves bien...
—Ella está bien, solo necesita descansar— el joven con bata lo dejó claro.
—¿He? ¿Dónde está Recovery Girl?
—Sensei fue a encargarse de problemas fuera de la academia, ahora yo la estoy supliendo. Mi nombre es Cian— se presentó amablemente.
—Ya veo...— dudo mucho en retirarse pero si lo que decía el hombre era verdad, sería mejor dejarla descansar —Duerme un rato, vendremos por ti cuando terminen las clases y el entrenamiento.
—¿Vendremos?— su corazón tembló al pensar en Shoto.
—Si, Shinso también está muy preocupado por ti— Le regaló una sonrisa antes de irse.
Cian rodó los ojos y se sentó a los pies de Ai —Dios, tu rostro dice por todos lados «¿Qué carajo?» te debes sentir decepcionada de que la visita no fuera el chico de colores.
Trago saliva y buscó su tarjeta de estudiante en el bolsillo —Mierda— la fotografía era de su tercer año, la ropa que llevaba era de invierno. Ella y Todoroki empezaron a salir hasta el mes de junio, poco antes de que se terminaran las clases.
—¿Qué pasa?— preguntó intrigado.
—Ni siquiera me mandaste a la época correcta— empujó al hombre con su pierna y dio un salto fuera de la camilla antes de salir corriendo.
—Que niña tan maleducada, hay personas que me rogaron por algo así y le doy este obsequio para que me trate como un pobre diablo— se aventó a la camilla para dormir una siesta.
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