Maya queda sin memoria en un lugar desconocido y tiene que reconstruir su vida desde 0, pero su altruismo y sentimiento de justicia siguen estando intrínsecamente ligados a su identidad, por eso es que queriendo darle un propósito a su vida se hace...
Con ella no hay inseguridades, no hay momentos incomodos desagradables, no hay misterios molestos, no hay taquicardias repentinas por ansiedad, no hay pasado, no hay presente, y no hay futuro, y eso, esta bien. Porque cuando está con ella es el único momento en el que en verdad está en calma. No sabía porqué era así, le daba curiosidad descubrirlo, pero más ganas le daban de disfrutarlo, por eso se sigue acercando y sucede lo i n e v i t a b l e.
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Maya besa a Carina con intensidad, lo deseaba, quizá más de lo que imaginaba, así que tomándole de la cara se sumerge en ese explosivo beso que encendía todo en ella, la llenaba de vida, era adictivo, no quería parar, sentía realmente como si en su interior un muro se hubiera derivado y las llamas consumieran todo, lento pero a la vez más rápido de lo que pudiera imaginar, no estaba segura de como le hacía sentir eso, era una sensación de vértigo extrema pero a la vez en sus labios experimentaba lo que nunca antes, una paz invulnerable.
No entendía como un beso podía expresar tanto y tan contradictorio.
Aunque lo único de lo que estaba segura es que quería que fuese eterno.
...
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El silencio sigue reinando el frio lugar mientras Maya y Carina arden entre sus caricias, en ese mágico beso.
...
...
Maya se separa lentamente, y sé queda unos segundos sin moverse, sin decir nada, con la mirada perdida, pensativa, tratando de asimilar lo que había pasado.
Carina: ¿Maya?
Ella sube su mirada.
Carina: ¿Estas bien?
Viéndola al rostro con más claridad que nunca dice:
Maya: Carina.
Suspira soltando vaho por la baja temperatura.
Carina se queda helada, pero no por el frío.
Maya: Ehh... Te llamas Carina, estoy segura.
Carina: ¿Cómo...? TE ACORDASTE. -Dice ya reaccionando con gran alegría.
Y no puede evitar besar a Maya de vuelta.
Se besan y Maya dice:
Maya: Para, para, porque tú me tienes que explicar muchas cosas ehh.
Oliver sale.
Oliver: ¿Qué hacen acá tanto rato? -Pregunta cruzándose de brazos por el frío. -Que frío hace ahora ¿No?
Ambas lo ignoran.
Oliver: Bueno, vamos ya, que ya no se que contarles a los señores y no paran de devorarme con la mirada, y no en el buen sentido.
