CAPITULO 60

521 34 7
                                    

___________



AL VER a Paul salir de detrás del doptero, ensangrentado pero vivo, dejo caer la AK-47. Mis dedos ya no pueden sostener la pesada arma. 

La emoción que me embarga supera la felicidad y el alivio.

Es euforia. Una increíble y salvaje euforia por haber matado a nuestros enemigos y haber sobrevivido.


Cuando la pared explotó y los hombres armados entraron corriendo en el hangar, pensé que habían matado a Paul. 


Cegada por la furia, abrí fuego contra ellos y, cuando empezaron a dispararme, corrí sin pensar, actuando por puro instinto.

Sabía que no duraría más que un par de minutos y no me importaba. Solo quería vivir lo suficiente para matar a tantos como fuese capaz.


Pero ahora Paul está aquí, frente a mí, tan vivo y enérgico como siempre.


No sé si corro hacia él o es él el quien corre hacia mí, pero de alguna forma acabo en sus brazos. 


Me estrecha tanto que apenas puedo respirar, y me cubre de cálidos y apasionados besos el rostro y el cuello. Con las manos me recorre el cuerpo en busca de heridas; todo el horror del pasado desaparece y da paso a una alegría incontenible.

Hemos sobrevivido, estamos juntos y nada podrá separarnos nunca más.

—ESTOS DOS ESTABAN JUNTO al doptero —dice Duncan cuando salimos del hangar para buscarlo.

Al igual que Paul, está ensangrentado y a duras penas se mantiene en pie, lo que no hace que sea menos mortífero, como demuestra el estado de los dos hombres tendidos en la hierba.


 Ambos gimen y gritan, uno agarrándose el brazo que sangra y el otro intentando contener la abundante hemorragia de la pierna.

—¿Es quien creo que es? —pregunta Paul con voz ronca, señalando con la cabeza al mayor. Duncan y Gurney sonríen con crueldad.


—Sí. El mismísimo Feyd Rautha Harkonnen, junto con el Emperador, el preferido de sus sobrinos y también el único que le queda.


Miro al hombre más joven y reconozco sus retorcidos rasgos. Es el que atacó a Shishakli, el que huyó.

—Me imagino que habrán venido en el doptero para observar la situación y aterrizar en el momento adecuado —continúa Gurney, haciendo una mueca mientras se sujeta las costillas—. Pero el momento adecuado no ha llegado. Han debido enterarse de quién eras y llamado a todos los maderos que les debían favores.

—¿Los hombres que hemos matado eran sardakaur? —pregunto, empezando a temblar a medida que empieza a desvanecerse el subidón de adrenalina—.¿También los de los otros dopteros?


—A juzgar por su equipamiento, muchos de ellos lo eran —responde Paul, rodeándome la cintura con el brazo derecho. Agradezco el apoyo, ya que me noto las piernas como hechas puré—. Es probable que algunos fuesen corruptos, pero otros simplemente seguían a ciegas las órdenes de sus superiores. Seguro que les han dicho que éramos criminales peligrosos. Quizás incluso terroristas.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Apr 24 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

SECUESTRADA (Timotheé Chalamet y tu)Where stories live. Discover now