amor al primer balonazo.

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Sakata Kintoki x Anubis, AU escolar, probablemente OoC.

﹀﹀﹀﹀﹀﹀﹀「 🩵 」﹀﹀﹀﹀﹀﹀﹀﹀

Sakata, un joven de segundo de bachillerato, camina tranquilamente por el recreo mientras habla con algunos de sus hermanos.

De pronto, tan rápido que parece que la pelota se teletransporta, recibe un balonazo en la cabeza bastante fuerte, haciendo que se desmaye.

—¡Lo siento mucho!— exclama una voz que se le acerca corriendo —¿Está bien? ¿Lo llevo a algún lado? ¡Ay, que me lo he cargado!— habla desesperada la persona mientras trata de solucionar el problema que ha causado.

—No te preocupes, estará bien— le asegura Simo mientras mira a su hermano —, o eso espero.

Esto último desespera al hombre que ahora carga con la pelota en la mano y se ofrece a llevar al chico a la enfermería.

—Sí, creo que es lo mejor— afirma Michel mientras le pega otro bocado a su desayuno —. Lo mismo así no se muere.

El jugador decide subir a Sakata a su espalda y llevarlo él mismo, diciéndole a su equipo que le busquen un sustituto y dándoles el balón.

Cuando llegan a la enfermería la trabajadora en seguida se hace cargo del chico, preguntando a quien lo ha traído cosas básicas de lo ocurrido.

—Te vas a tener que quedar aquí para que no se despierte solo, yo me tengo que ir— dice la muchacha mientras guarda sus cosas en un maletín.

—U-un momento, ¿qué hay de mis clases?
—Tú verás cómo te las apañas.
—¡No, espera-— pero ya es demasiado tarde para quejarse, pues la mujer ha abandonado la sala.

El chico mira al otro en silencio, examinando sus facciones. Unos ojos afilados que parecen llevar maquillaje, una cicatriz a un lado de su cara y un moretón formándose en su frente.

Entonces ve como poco a poco la otra persona empieza a abrir los ojos, por lo que se aleja un poco.

—¿Qué ha pasado?— cuestiona el rubio, confundido.

—Te he metido un balonazo en la cara y te has desmayado... Lo siento mucho, ¿cómo te puedo pagar esto?

El de piel pálida examina a su asesino y salvador al mismo tiempo, intrigado. Tiene piel morena, ojos amarillos como los suyos y cabello largo y morado muy oscuro, prácticamente negro, atado en una trenza baja para jugar. Su atuendo es de baloncesto, como la pelota que le había dado en la cara, por lo que supone que se ha retirado del partido.

—¿Holaaa?— pregunta de nuevo el de piel morena, alargando la 'a' para llamar más su atención.

—Ah, sí, lo siento, me ha afectado el balonazo— menciona, y antes de que el otro pueda interrumpirlo sigue hablando, —. Yo con que seamos amigos voy bien, eh.

—¿En serio? No me molesta darte nada ni nada.
—Nah, quiero que me des tu amistad.

Intercambian números y se van a sus respectivas clases.

¡Ding! ¡ding!

Suena el móvil de Sakata mientras come junto a sus hermanos, pues sus padres están en una reunión importante.

¡Ding! ¡ding!

—Ya pon el teléfono en silencio— demanda Michel, mirando a su hermano —, o responde a los mensajes, lo que sea.

Sakata se levanta para coger su dispositivo de la mesa más pequeña y mira que es un número desconocido mandándole mensajes.

—Ah, es el del balonazo— dice como si no fuera nada, silenciando su móvil y sentándose para comer otra vez.

—¿Balonazo? ¿Qué balonazo?— interroga Leonidas, crujiendose un poco los nudillos.

Simo se ríe, un poco sorprendido. —¿En serio vas a ser amigo del que casi te mata? Te ha afectado el balonazo, y probablemente las telenovelas también.

—¡Oye ya basta con lo de mis novelas!— demanda Sakata, haciendo reír a la mesa. —Es que alguien me ha metido un balonazo y me ha llevado a enfermería, entonces puede ser que cuando me despertara le dijera que solo quiero ser su amigo...

Todos se quedan en silencio, mirándolo. Algunos están boquiabiertos, sorprendidos por la situación, y otros están serios.

—Amor a primer balonazo, como dicen— suelta Raiden, haciendo que todos queden en un poco de shock antes de estallar en carcajadas.

—Ay dios, Sakata, qué te han hecho tus hermosas novelas— interroga Michel mientras se seca las lágrimas de los ojos, aún riéndose.

—Pero léenos los mensajes, que ahora tengo curiosidad— demanda Souji y todos están de acuerdo con él.

Sakata se vuelve a levantar y coge su teléfono, volviéndose a sentar en la mesa más grande del comedor junto a sus hermanos.

—Veamos, dice... "Hola niño cicatriz, no me has dicho tu nombre aún. Soy Anubis, el del balonazo, ¿te acuerdas? más te vale por que si no es así pensaré que te ha afectado mucho el golpe".

—Dile que no tienes ni idea para ver su reacción— incita Leonidas.

El rubio manda el mensaje a su nuevo amigo, diciéndole que lo siente pero que no recuerda nada de un balonazo. Pasan unos minutos antes de poder ver la reacción del contrario.

—Dice que "No me digas eso que me da algo", que tierno.

Silencio.

—¿Tierno?— cuestiona Kojiro

—¡Maldita sea!

SHUUMATSU NO VALKYRIE ONE-SHOTSWhere stories live. Discover now