« Tuve la sensación de conocerte no por mi cuerpo, o el tuyo, si no porque mi alma estaba buscando a la tuya durante todo este tiempo, a través de tantos seres vivos diferentes, de vidas que no recuerdo. E incluso si ahora no recuerdo, el amor que s...
Historia no exacta, acomodada para el progreso de la trama. Aunque sí me basé en sucesos históricos reales, como la creación del taegeuk, el reinado de Jorge III de Reino Unido y la colonización de países por parte de los europeos
Solfloria no existe, es un invento del gobierno (Alison y yo sjsjs) 💗🌙🪽
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En el Castillo del Eterno Candor, dicen, existe la leyenda de los amantes que nunca pudieron ser. De los gentiles momentos en donde pudieron expresarse, en privacidad, con los animales y las flores siendo sus únicos testigos. Sus nombres nunca fueron revelados al público y eso a Jimin parecía molestarle, porque todos estos años se hallaba buscando la información de quiénes eran estos dos hombres enamorados, el uno del otro, buscándose en cuerpo y alma hasta el final de sus días.
Sentados, comiendo un agradable desayuno, el segundo día de conocerse, Jeongguk y Jimin conversaban sobre las cosas que les interesaban. Cosas que los hacían conectar el uno con el otro cada vez más, buscando también las diferencias para intercambiar opiniones y entretenerse. A Jimin le disgustaba el mango, y miraba con una divertida expresión a Jeongguk cada vez que éste bebía de su vaso. Los dos se terminaban riendo, y al menos el más alto de los dos (Jeongguk) sentía que su estómago se llenaba de divertidas mariposas que revoloteaban y le daban cosquillas de la manera más agradable posible.
─── A veces es difícil seguir investigando sobre los amantes del Eterno Candor. ─── negaba con la cabeza Jimin, terminando su café amargo mientras miraba a sus alrededores con curiosidad.─── Termino llegando al punto de partida constantemente, y no sé qué hacer para avanzar con la investigación. Por eso me emociona estar aquí, en el castillo.
─── Cuéntame de la leyenda. Nunca supe...
Incrédulo, Jimin alzó una ceja. Aunque estuviera juzgando a Jeongguk, el más bajo de los dos tenía rasgos dulces que no dejaban del todo tranquilo al corazón del artista.─── ¿No conoces la leyenda que hace de este lugar tan famoso en primer lugar?
─── Bueno, sólo sé que eran dos hombres que hicieron algo escandaloso. Yo vivía aquí en mi infancia, pero mi madre nunca quiso contarme lo que se rumoreaba.
Suspirando, el más bajo le dedicó una sonrisa silenciosa de entendimiento, y por un momento, Jeongguk sintió que las mariposas estaban siendo consoladas por la forma en que Jimin le daba un momento para sentirse menos atrapado. De lo poco que conocían el uno del otro, el más alto recordaba que a Jimin no le gustaba el mango, era gay abiertamente y le gustaba demasiado bromear y hacer chismes. Quizás por eso mismo se dedicaba a la investigación histórica, porque al fin y al cabo la Historia Humana es chisme de hace tiempo. Obviamente conlleva mucho más que eso, pero la simplificación graciosa del rubro siempre le dio curiosidad a Jeongguk.
