Olivia y Nico se ven desde hace dos años, pero él no quiere ningún tipo de compromiso. Es entonces que ella entra en un espiral de caos, en donde su vida personal y amorosa la hacen perder el control.
TW: drogas.
Cuando Olivia le dijo que no y cortó la llamada, Nico se preocupó. Ella siempre quería verlo, dejaría todo por él, ¿qué estaba pasando? ¿Es que ya no lo quería? Se sintió un estúpido, si seguía así la iba a perder.
Decidió no insistir, ya habría oportunidad para verla de nuevo, quizás solo estaba pasando un buen momento con ¿amigos?, ¿quiénes eran estos?, ¿desde cuándo los conocía?
Miro su feed de Instagram y en las fotos más recientes se encontraba una con un tal Fisu.
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Se trataba de un rubio, mucho más alto que Olivia, y tenía un nombre gracioso. ¿Por qué se llamaría Fisu?
El jugador le dio me gusta a la foto y revoleó el celular a un costado, enojado. Estaba frustrado, sin entender los sentimientos que cruzaban por su cabeza. Quería verla, no cualquier día, hoy, esta noche, besarla, abrazarla, protegerla de las pesadillas que tanto la molestaban.
Olivia sentía los pies cansados y el lugar estaba a punto de cerrar, todos comenzaron a irse, inclusive ellos. Algunos del grupo decidieron que sería divertido ir a un after, pero ella estaba tan adolorida que le pareció mejor irse a su casa.
Así que Fisu la llevo junto con Martín. Eran aproximadamente las seis de la mañana, sentía un poco de sueño, y estaba ebria. También había fumado algo de marihuana, por lo que no estaba del todo en sus cabales.
Miró su celular, con la esperanza de encontrar algún mensaje, de alguien, de quien fuera, pero no había nada. Excepto por una notificación de Instagram, que era un me gusta a su foto con Fisu, de Nico.
"Ojalá esto te dé celos", pensó.
Los días pasaron, Olivia se había alejado de las drogas, sintió que el fin de semana había sido un exceso de todo. Por lo que, el sábado siguiente, decidió tener un poco de tranquilidad. Se dedicó a limpiar su casa, a mirar un partido de Boca —prestando especial atención en Nico— y a poner su vida en orden.
Se sentía bien, después de varios días teniendo angustia y depresión.
Luego del partido, que Boca había ganado, Nico se encontraba camino a su casa, en búsqueda de descanso. Por suerte, al día siguiente no entrenaba, por lo que se dedicó a echarse en la cama y no hacer nada durante el resto de la noche.
Se preparó su comida favorita y se sentó en el living, en silencio. De repente las cuatro paredes de su casa le parecían muy chicas, lo asfixiaban. No sabía a qué se debía, pero se sentía solo, sin nadie que lo recibiera para festejar el partido ganado.
