25. Robado

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Cuando planearon ese reencuentro con sus ex compañeros de Karasuno, debió suponer que estar junto a Kageyama con alcohol de por medio, en definitiva, no sería una buena combinación

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Cuando planearon ese reencuentro con sus ex compañeros de Karasuno, debió suponer que estar junto a Kageyama con alcohol de por medio, en definitiva, no sería una buena combinación. La idea de visitar un bar sonaba de adultos y le gustaba sentir ese poder. Sin embargo, estar con las hormonas alborotadas luego de haberse estado tragando la ansiedad por tres años en su estadía en Brasil, sólo podía resultar en un desastre.

Tal vez no era mucha sorpresa que hubiera cierta sospecha de lo anormal entre ellos dos. La cercanía física que manejaron sobre todo en su tercer año de preparatoria no había sido exactamente sutil para nadie, por lo que hubo uno que otro pinchazo de Tsukishima apenas llegaron, juntos, y luego encima se sentaron al lado, pegados, como si fuera de lo más obvio.

Para desviar la atención, trató de sacar el tema de su afamado partido donde pudo vencer a Kageyama.

—El enano te aplastó, rey.

Cuando comenzaron a beber, todo se volvió confuso y ruidoso. Todo le causaba risas estridentes, todo parecía tan entretenido que no quería que acabara nunca.

—Ya bebiste suficiente —le advirtió Kags, pero sonaba como un cetáceo y lo trasladó a Buscando a Nemo. Un pececillo naranja y aventurero que se acababa perdiendo por bobo—. Hinata, ¿estás escuchando?"

—Cetáceoyama, ¿de qué hablas?

—¿Qué estás haciendo?

No tenía idea, la verdad. Todo lo que veía era la cara de ese atractivo sujeto que estaba demasiado serio y que de repente se alejó, así que lo persiguió y se impulsó hacia adelante, pero:

No —dijo Kageyama en un susurro, volviendo a poner distancia.

—¿No? —repitió sin entender. Estaba tan cerca y tan al alcance que era imposible no quererlo.

—Qué asco. Consigan una habitación —dijo Tsukishima indignado antes de darle un largo trago a su vaso.

Recién ahí, más o menos pudo darse cuenta de dónde y con quiénes estaba. Decepcionado, imitó a su ex compañero y vació su bebida con el fin de distraerse. Luego la noche avanzó, pero ya no prestaba mucha atención. Parecía que estaban jugando verdad o reto como unos adolescentes aburridos. Perfecto para intentar avergonzarse, cansarse y demás. Aunque tenían que tener cuidado para que no los terminaran echando porque "corre por el salón sin pantalones" no era un reto por el que alguien quisiera arriesgarse a que llamaran a la policía.

Cuando parecía que el juego iba a morir por la poca colaboración de sus jugadores, lo siguiente fue atacar hacia la aparente cara de póker de Kageyama, que sin mucho interés, eligió reto.

—Besa a Hinata —dicho por la inoportuna voz de Tanaka.

Silencio.

La cara empalideció y se quedó de piedra, como si le hubieran marcado el botón de pausa cuando se estaba llevando el vaso a la boca.

Uh.

—M-mejor dejémoslo. No queremos incomodar a Kageyama-kun y Hinata —intervino Yachi luego de que nadie dijera nada por unos segundos de incomodidad.

Uh, pero a Hinata lo habían desafiado. Ya estaba todo borracho y atontado, así que le brotó una confianza y libertad más arriba de lo usual y de un segundo a otro ya estaba jalando del cuello de la camiseta de Kageyama para estamparle un beso frente a todo el puto bar. Fueron los tres segundos más dramáticos de su vida. Kageyama lo empujó y se separó con brusquedad. Se levantó de prisa como si estuviera ofendido, le dedicó una mirada de odio a Tanaka y luego se largó.

Hinata salió detrás suyo casi al instante, aunque tuvo que tirarse un vaso de agua fría en la cara para aliviar algo de ese calor. Afuera estaba fresco y oscuro, y Kageyama quedó mascullando con los puños cerrados y una tensión que parecía incómoda.

—No tuviste que hacer eso —sonaba de verdad molesto.

—Ya, lo siento. Supongo que... me perdí un poco —confesó rascando su nuca con algo de timidez.

—No eres el estúpido pez naranja para andar perdiéndote.

Vaya, esa conexión de neuronas. Pero Kags seguía molesto y eso le oprimió un poco el pecho. No quería verlo así.

—Lo siento... —repitió.

—No puedes hacer eso sin mi permiso —le volvió a reprochar.

—Está bien, lo siento —volvió a decir en una disculpa que no parecía tener fin.

—Frente a todos... todos estaban viendo... —Parecía tan ensimismado que fue necesario tomarle del brazo para verificar que no se hubiera ido tan hondo.

—Hey... —llamó con cuidado. La voz le salió algo áspera y dispareja por haber consumido una considerable cantidad de alcohol, pero su mente se mantenía presente en el ahora—. Lo siento, ¿sí? —soltó de forma más amena.

Fue una mirada donde se reencontraron y lo empezó a traer de regreso. Lo hecho, hecho estaba, pero tampoco se iba a poner a minimizar el sentir de Kageyama. Respiraron juntos, lo ayudaba porque no pensaba dejarlo solo. Soltaron el aire y las tensiones se fueron aflojando. No le soltó el brazo, se deslizó y se aventuró a tomarle la mano. Se tomó su tiempo, cuando pareció sentirse más suelto, Kageyama se recargó en él, apoyando la frente en su hombro y liberando un largo suspiro. Hinata lo vio como luz verde para entablar otro contacto físico, así que le colocó una mano en la espalda y se permitió darle unas palmadas lentas y suaves.

—¿Estás mejor? —le sopló en el hueco del cuello y el hombro. Ese enorme chico de aura imponente rebajado a una versión vulnerable y tenue que terminaba sintiéndose pequeña como una copa de cristal.

Escuchó un sonido gutural parecido a un "uhmm" y luego un leve movimiento de su cabeza en un intento de asentir. Había que tener paciencia. No podía imponer sus deseos por encima de los de Kageyama. ¿A quién le importaba si sólo se habían besado tres veces? Aunque estuviera bastante borracho y mareado, mantenía algo de cordura a pura fuerza de voluntad, así que podía esperar. No había prisa.

—¿Quieres ir a mi casa? —preguntó Kageyama de pronto.

Y bueno, él era fuerte hasta cierto punto, pero tanta cordura no tenía.

Este día sí que me costó porque no se me ocurría cómo hacer un beso robado sin sentirme algo culpable, pero se hizo el intento 🤡

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Este día sí que me costó porque no se me ocurría cómo hacer un beso robado sin sentirme algo culpable, pero se hizo el intento 🤡. Adoro escribir sobre el timeskip, siento que otorga herramientas que se prestan mucho más al juego.

Por uno más | Kisspril [KageHina]Where stories live. Discover now