El pecador

Quítame su amor, porque soy un pecador.

La noche envolvía la ciudad con su manto oscuro mientras Nam Joon se sumergía en el abismo de sus propios pensamientos. Se sentía como un pecador, con el peso de sus errores aplastándolo, y la certeza de que no merecía el amor puro y bondadoso de Seok Jin.

En su despacho, Nam Joon se dejó caer pesadamente en su silla, sintiendo el peso de su culpabilidad aplastarlo como un lastre insuperable. Cerró los ojos, buscando en el silencio de la noche la redención que tanto anhelaba.

"¿Cómo pude hacerte esto, Jin?", murmuró en voz baja, su voz llena de angustia y autoacusación. "Te prometí amor y felicidad, pero en cambio te he arrastrado a las sombras de mi pasado".

Los recuerdos de sus acciones pasadas se agolpaban en su mente, cada uno más oscuro y vergonzoso que el anterior. Nam Joon sabía que había herido a aquellos que lo amaban, traicionando su confianza y su bondad con su propio egoísmo y ambición desmedida.

"¿Cómo puedo esperar que me perdones, cuando ni siquiera puedo perdonarme a mí mismo?", se preguntó en voz alta, el eco de sus palabras resonando en la habitación vacía.

El sonido de su teléfono interrumpió sus pensamientos tortuosos, sacándolo de su espiral de autoincriminación. Con un suspiro resignado, Nam Joon tomó el teléfono y revisó el mensaje entrante.

Era un mensaje de Seok Jin, lleno de amor y preocupación, preguntando dónde estaba y si estaba bien. El corazón de Nam Joon se estremeció ante la ternura de las palabras de su esposo, y una oleada de dolor lo invadió al darse cuenta de cuánto estaba lastimando a la persona que más amaba en el mundo.

"No merezco tu amor, Jin", murmuró Nam Joon mientras dejaba caer el teléfono sobre el escritorio con un suspiro derrotado. "Soy un pecador, y no puedo soportar verte sufrir por mi culpa".

Con los ojos llenos de lágrimas, Nam Joon se levantó de su silla y se acercó a la ventana, mirando hacia el horizonte lejano con una mezcla de desesperación y resignación. Sabía lo que debía hacer, aunque le partiera el corazón en pedazos.

"Si realmente me amas, Jin, te alejarás de mí", murmuró en un susurro roto, las lágrimas deslizándose por sus mejillas mientras se preparaba para tomar la decisión más difícil de su vida.

En lo profundo de su alma, Nam Joon sabía que el camino hacia la redención sería solitario y doloroso. Pero estaba dispuesto a sacrificarse, a renunciar al amor de Seok Jin si eso significaba protegerlo de las sombras de su propio pecado.