No lo dejes venir, a llorar junto a mi.

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Nam Joon permanecía solo en su despacho, el silencio de la noche envolviéndolo como un manto sombrío. Su corazón se sentía como una masa de plomo en su pecho, pesado con la culpa y la angustia de sus acciones pasadas. Quería alejar a Seok Jin de su sufrimiento, pero una parte de él anhelaba desesperadamente la comodidad y el consuelo del omega amado.

Mientras luchaba con sus propias emociones, Nam Joon escuchó pasos suaves acercándose a la puerta de su despacho. Su corazón dio un vuelco en su pecho mientras se preguntaba si era Seok Jin quien venía a buscarlo, pero al mismo tiempo deseaba fervientemente que no fuera así.

La puerta se abrió lentamente, revelando la figura preocupada de Seok Jin en el umbral. Sus ojos brillaban con preocupación y amor, su presencia irradiaba calidez y comprensión.

"Nam Joon...", comenzó Seok Jin en voz baja, su tono lleno de ternura y preocupación. "Te he estado buscando por todas partes. Estaba preocupado por ti".

Nam Joon tragó saliva con dificultad, sintiendo un nudo en la garganta mientras luchaba por contener sus propias emociones. "Jin, por favor, no... No quiero que veas lo oscuro que hay en mí", murmuró con voz quebrada, apartando la mirada para no enfrentar la compasión en los ojos de Seok Jin.

Seok Jin avanzó con determinación hacia Nam Joon, su expresión llena de amor y determinación. "Nam Joon, tú eres mi luz en la oscuridad. No importa lo que hayas hecho en el pasado, siempre estaré aquí para ti. No puedo soportar verte sufrir solo", declaró con voz firme, extendiendo una mano hacia Nam Joon en un gesto de apoyo y consuelo.

Las lágrimas llenaron los ojos de Nam Joon mientras miraba a Seok Jin, sintiendo su corazón desbordarse de gratitud y amor por el omega que estaba dispuesto a enfrentar sus propios miedos y dudas por él.

"Jin...", murmuró Nam Joon, su voz ahogada por la emoción mientras se dejaba caer en los brazos de Seok Jin, permitiendo que las lágrimas finalmente brotaran libremente. "Gracias por estar aquí, por amarme a pesar de todo".

Seok Jin envolvió a Nam Joon en un abrazo reconfortante, acunándolo con ternura mientras dejaba que las lágrimas de su amado mojaran su hombro.

"No importa lo que haya sucedido en el pasado, Nam Joon", susurró Seok Jin con suavidad. "Estoy aquí para ti, para compartir tus cargas y tus alegrías. Juntos, podemos superar cualquier obstáculo, cualquier tormenta".

En ese momento, Nam Joon se dio cuenta de que, aunque su pasado estuviera marcado por el pecado y la oscuridad, el amor de Seok Jin era su ancla en medio de la tormenta.

Nam Joon condujo en silencio de regreso a casa, con el suave resplandor de las luces de la ciudad iluminando el camino mientras la noche envolvía el mundo en su manto oscuro. Seok Jin se sentaba en el asiento del copiloto, a su lado, su presencia reconfortante como un faro de luz en la oscuridad.

Al llegar a casa, Nam Joon y Seok Jin entraron en silencio, el peso de sus emociones pendiendo en el aire entre ellos. Seok Jin miró a Nam Joon con preocupación mientras cerraba la puerta detrás de ellos, sus ojos llenos de amor y comprensión.

"Nam Joon, cariño, ¿estás bien?", preguntó Seok Jin con suavidad, acercándose al alfa con ternura mientras colocaba una mano en su mejilla.

Nam Joon asintió sin decir una palabra, su garganta apretada por la tormenta de emociones que lo abrumaba. Se dejó guiar por Seok Jin hacia el sofá, donde se sentaron juntos en silencio, compartiendo el espacio íntimo en la quietud de la noche.

Seok Jin envolvió sus brazos alrededor de Nam Joon, acariciando suavemente su espalda en un gesto de consuelo y amor. "Nam Joon, quiero que sepas que siempre estaré aquí para ti", murmuró Seok Jin, sus palabras llenas de ternura y sinceridad. "No importa lo que hayas hecho en el pasado, siempre te amaré y estaré a tu lado".

Nam Joon se quedó en silencio, dejando que las palabras de Seok Jin se hundieran en su corazón como un bálsamo para su alma herida. Sabía que no merecía el amor incondicional del omega, pero anhelaba desesperadamente aferrarse a él como un naufragio que se agarra a un salvavidas en medio del océano tormentoso.

Seok Jin continuó acariciando a Nam Joon con ternura, sus gestos amorosos llenos de una calidez reconfortante que envolvía al alfa en un abrazo de amor puro y genuino. A pesar de su silencio, Nam Joon podía sentir el amor de Seok Jin irradiando a su alrededor, iluminando la oscuridad de su alma con la promesa de un mañana mejor.

Y así, en la tranquilidad de la noche, Nam Joon se permitió rendirse al amor de Seok Jin, dejando que la dulzura del momento llenara su corazón con la esperanza de un futuro donde el perdón y la redención pudieran finalmente sanar las heridas del pasado.

El pecadorWhere stories live. Discover now