One Shots (+18) Jujutsu Kaisen (PAUSADA)

Inexperto (Itadori)

Este shot está decicado a pia_mate1

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🔞Contenido adulto y explícito, así como lenguaje vulgar

Estabas en tu último año de carrera y a la vez buscando un trabajo para poder independizarte, pero sin experiencia, no era nada fácil. Fue entonces, cuando tu padre te comentó que el hijo de los vecinos necesitaba clases de refuerzo. Itadori era cuatro años menor que tú y justo había empezado la carrera, la misma que tú habías elegido, tenía diecinueve años y era algo tímido y retraído, de hecho, no habíais cruzado palabra y no te hacía especial gracia tener que darle clases, pero bueno, mirándolo por el lado práctico, era dinero para poder conseguir tu objetivo, claro que... no sabías que ese chico estaba enamorado de ti desde que os mudastéis allí.

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Era viernes por la tarde y después de clases cogiste la línea tres del autobús para dirigirte directamente a casa de Itadori. Te abrió la puerta al primer timbrazo, parecía ansioso, pero a la vez mostraba timidez y un poco de vergüenza, te parecía tan tierno...

—H... hola, _____. Pasa, por favor —te incitó a entrar en el interior.

—Es un placer conocerte, Itadori —le dijiste a la vez la estrechaste la mano, sin embargo, él se acercó a ti y te dio un beso en la mejilla.

Te quedaste un poco descolocada a la vez que te embriagaste con su dulce aroma, te quedaste aturdida por unos instantes, ni tú misma te creías que te estuviera sucediendo eso con ese chico al que apenas conocías. Por suerte, la tensión se rompió y la clase transcurrió con normalidad, Itadori parecía un chico avispado, pero le costaba coger confianza, sin embargo, te lanzó varias miradas de coqueteo, o eso por lo menos es lo que te pareció, unas que decidiste ignorar sin darles importancia.

—¿Qué te parece si el lunes impartimos la clase en mi casa?, allí tengo mis apuntes antiguos y será más fácil para mí —preguntaste de repente.

—Por mí no hay problema, haremos lo que tú quieras... —esto último lo dijo casi en un susurro, uno que te produjo una especie de cosquilleo en el bajo vientre, parecía totalmente una pecaminosa insinuación.

Te levantaste un poco nerviosa y enseguida os despedistéis en la puerta. No lo viste en todo el fin de semana, miraste varias veces por la ventana de tu habitación buscándolo, pero no hubo ni rastro, de pronto no entendías porque te interesaba ese chico, uno lo que no te habías fijado hasta ahora.

***

Las clases del lunes por la mañana pasaron deprisa y casi sin darte cuenta ya te encontrabas en tu casa abriéndole la puerta a tu adorable vecino. Itadori vestía una camisa negra ajustada y unos pantalones jogging de color verde, iba muy perfumado, un aroma fresco y varonil que de nuevo te dejó en babia, pero disimulaste tan bien como pudiste.

—Aam... has venido tan deprisa que apenas he podido prepararme, de hecho, estaba por darme una ducha. Si quieres puedes esperarme en el salón y ponerte la televisión, no tardaré nada —Itadori asintió.

—No te preocupes, te espero allí, no hay prisa —dijo y enseguida te dirigiste al baño.

*

Itadori empezó a zappear, pero nada de lo que daban en la tele era de su agrado, ni series ni películas, él quería otra cosa. Se levantó con sigilo, apagó el televisor y caminó de puntillas hasta el cuarto de baño, se paró frente a la puerta y observó por el resquicio sin dudarlo, pero chasqueó la lengua al ver que el vapor le privaba ver lo que tanto anhelaba, tu cuerpo desnudo bajo la fina agua de la ducha.

Un atisbo de arrepentimiento los sobrecogió, y cuando quiso cerrar la puerta, se dio cuenta de que tus bragas estaban tiradas en el suelo, dudó, pero aprovechó que estabas tarareando una canción y las cogió para metérselas en el bolsillo. De pronto, abriste la cortina al percatarte de un ruido, pero lo ignoraste al ver que no había nadie en el cuarto de baño. Saliste y te envolviste el cuerpo en una toalla, abriste la puerta y saliste con cuidado de no ser vista, claro que... pensando que Itadori estaría en el salón, justo donde tú lo habías dejado, viendo la televisión sentado en el sillón, sin embargo, no fue así.