¿Amigos especiales?

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Pablo Pov

—Qué haces aquí Pablo? —me pregunto Isabella desconcertada.

—¿Pensabas que te iba a dejar escapar tan fácil? —respondí, con una sonrisa pícara.

Me acerqué un poco más a ella, tratando de leer sus ojos, buscando alguna señal de lo que estaba pensando.

Pero era imposible. Su rostro no reflejaba ninguna emoción.

Quería que supiera que no iba a rendirme fácilmente, que estaba dispuesto a luchar por su atención—Solo déjame estar contigo—le dije con suavidad.

—¿Qué quieres de mí, Pablo?—preguntó, con  cautela en su voz.

La pregunta me tomó por sorpresa, pero no me intimidó. En su lugar, me hizo darme cuenta de que necesitaba ser honesto con ella.—No lo sé con certeza—admití, con una sinceridad que me sorprendió a mí mismo.—Solo sé que quiero estar contigo. No necesito que seas algo más que tú misma. Solo déjame estar a tu lado, compartiendo momentos contigo, y eso será suficiente para mí.

Hubo un breve silencio mientras nuestras miradas se encontraban. Parecía estar planteándose mi proposición.

Su silencio me estaba causando ansiedad.

Finalmente, Isabella asintió con una pequeña sonrisa.—Está bien, Pablo. A partir de ahora somos amigos.

La palabra "amigos" resonó en mi mente de una manera que no esperaba. ¿Amigos? ¿Eso era todo?

¿Amigos?—repetí, tratando de ocultar mi decepción.

—Sí, amigos. ¿O es que tenías otra cosa en mente?

Realmente no sabía si podía conformarme con ser simplemente su amigo, pero por ella valía la pena intentarlo.

—Está bien—respondí con una sonrisa forzada. —Amigos suena bien—aunque en mi interior seguía preguntándome si había algo más que podría surgir entre nosotros.

Isabella sonrió ampliamente, como si hubiera liberado un peso de encima.

—Sabes, eres mi primer amigo de verdad—confesó con sinceridad, revelando una vulnerabilidad que rara vez mostraba.—Siempre he estado rodeada de amistades falsas, de conveniencia. Pero contigo, siento que es diferente.

Su confesión me tomó por sorpresa. Siempre había imaginado a Isabella como una chica social, rodeada de amigos y siempre en medio de la multitud. Pero supongo que las apariencias engañan.

Aun así, me hizo especial ilusión ser su primer amigo. De hecho, ella también sería mi primera amiga chica. Hasta ahora, mi relación con las mujeres se había limitado principalmente a lo sexual.

Con una sonrisa, le di un beso suave en la mejilla, disfrutando de la calidez de su piel bajo mis labios.

Parecía que mi gesto la había tomado desprevenida, ya que, se ruborizó y esbozó una sonrisa tímida.

Es tan adorable.

—Tú también eres mi primera amiga—le dije, buscando sus ojos.

BAD REPUTATION // Pablo GaviWhere stories live. Discover now