My Old Youngest Nights: Crisis Amorosa

Capítulo 2: Félix y las cuatro víctimas

Tres años... tres años desde la desaparición de aquel pequeño niño, nunca se volvió a saber de él... pobre...

El restaurante de Fredbear's Family Dinner obtuvo una pesima reputación después del incidente de la desaparición de aquel niño. Pero como dicen, "La vida es para vivirla" y como tal, hay que vivirla al máximo, disfrutando de cada momento, olvidar las preocupaciones aunque sea por un rato y tener un momento para ti, disfrutar las cosas buenas porque sabes que no durarán para siempre y olvidar las cosas malas porque sabes que tampoco serán para siempre.

Y hablando de cosas buenas, a pesar del incidente, el restaurante se recuperó poco a poco y todo volvió a la normalidad.

Afortunadamente para el restaurante y para nosotros, los animatrónicos no sufrieron ningún daño y pudieron continuar con sus labores predeterminados, alegrando a los niños y aportándole magia al lugar.

Y bueno, ahora todos los niños podían divertirse como nunca sin recordar que alguna vez en esa pizzería, un niño desapareció. Hasta que... una vez más, una fiesta se hizo presente, así que fui al restaurante porque yo era uno de los niños que había sido invitado a la fiesta.

Llegué a la fiesta vistiendo una chaqueta roja con capucha, una vermuda larga de color café que me llegaba hasta las espinillas en las piernas y unos tenis rojos. Al principio vi a varios niños desconocidos, y como no sabía quiénes eran, decidí presentarme.

-Hola a todos, me llamo Félix y tengo nueve años - dije mientras saludaba a los cuatro niños a los que me dirigía.

-Hola Félix, yo me llamo Francis, y tambien tengo nueve años - dijo un niño de tez morena, cabello café, ojos azules, camisa de botones de color café obscuro, pantalón negro y zapatos del mismo color.

-Bueno días Félix, yo soy Bob, tengo nueve años - dijo un niño de tez blanca, ojos rojos, cabello negro despeinado, camisa de botones de color morado claro, short gris y tenis azules.

-¿Cómo estás Félix? yo me llamo Cintia y él es mi hermano George, tenemos nueve años - dijo una niña de tez blanca, ojos rosados, cabello rubio con un moño rojo en la parte trasera de su cabello, blusa y falda de color amarillo y zapatos bajos de color café.

-Si, yo soy su hermano y tengo nueve años - dijo un niño de cabello rubio, ojos azules, camisa de botones amarilla, pantalón café y zapatos negros.

-¡Qué cabello tan bonito! - dijo Cintia acercándoce a mi - ¡rojo como el fuego! ¿puedo tocarlo? - preguntó Cintia extendiendo su mano.

-Ammm.... no veo por qué no... - dije mientras me acercaba a ella para que pudiera tocar y aprecir mi cabello tojo.

-¡Qué bonito! me gusta mucho tu cabello, nunca en mi vida había visto a alguien con cabello rojo - comentó Cintia.

-Si, y además, con esa ropa y esos ojos dorados que tienes, se hace una combinación espectacular - afirmó George - ¿usas pupilentes? ¿tu cabello es rojo naturál o usas tinte?

-No, no uso pupilentes, son dorados de nacimiento, al igual que mi cabello, rojo desde siempre - afirmé.

-Wow - dijeron mis nuevos amigos.

-¡Miren, es Freddy Dorado! - gritó George apuntándo hacia la puerta.

-¡Hola amiguitos! ¿Quién quiere venir con su gran amigo Golden Freddy? les daré un gran regalo a aquellos que me acompañen - dijo Golden Freddy con gran alegría.

-¡¡YO YO YO!! - gritábamos todos los niños del salón.

-A ver... veamos... tú, el de camisa café, ven aquí, tambien... tú, el de ropa morada, ven tu también... ustedes dos, los de amarillo, vengan los dos... y por último... tú... si tú, el de cabello rojo, ven aquí, bien, acompáñenme y les daré sus premios - dijo Golden Freddy mientras salía de la habitación junto con nosotros.

Salimos de la habitación y caminámos por una extenza serie de pasillos, minutos después de caminata, entramos a un cuarto con un letrero en su puerta que decía "Solo Personal Autorizado" al principio dudamos un poco, pero llegamos a la conclusión de que valía la pena entrar, ya que Golden Freddy había entrado y nosotros pensamos que nos daría algún objeto que utilizaban los robots originales, yo en lo personal esperaba que me diera el parche de Foxy.

Al entrar nos encontramos con peluches, cabezas de animatrónicos, y una caja musicál muy grande, que soltaba una melodía muy tranquila, y al final, vi algo que me dejó en shock...

Un animatrónico blanco... que se parecía... no lo se... me recordaba a Foxy... pero... no tenía traje, pero si tenía un exoesqueleto , estaba completamente desordenado, solo tenía una mano, también tenía dos cabezas, y ambas tenían un solo ojo, unas chapitas rojas en las mejillas y ambas orejas.

-¿Qué es eso? - pregunté.

-Ohh, es un animatrónico incompleto, los niños la desarmaban tanto que decidieron dejarla aquí tirada - dijo Golden Freddy tomándome del hombro.

-Pobresita - dije mientras acariciába su hocico.

-¿Cómo sabes que es mujer? - preguntó Francis.

-Por que que es blanca, rosa y tiene labial - comenté.

-Bueno amiguitos vengan - dijo Golden Freddy mientras seguía su camino.

Continuamos caminando con Freddy, llegamos a una habitación vacía y Golden Freddy cerró la puerta con llave... seguido a eso... se quitó el traje... no era Golden Freddy... era un hombre con camisa morada y una sonrisa de loco... puso su mano derecha detrás de su espalda... sacó un cuchillo... y mató a Bob... luego... a Francis... después... a George... ya había matodo a tres amigos míos y no había podido hacer nada... me había quedado en shock...

Vi cómo se acercó a Cintia... y logré salir del trance... corrí hacia el asesino y le di una patada en la espinilla de la pierna derecha, el hombre se sobó y me tomó del cuello, me asotó contra la pared y me arrojó al suelo.

-No quería dejarte hasta el final, pero debido a tu acto de valentía... sufrirás, viendo cómo tu amiguita muere ante tus ojos - dijo el hombre de morado al tiempo en el que tiró un gran estánte en cima de mi, causando que yo quedara atrapado.

El hombre lentamente se fue acercando a Cintia... y ésta solamente me gritaba...

-¡¡Félix!! - gritó Cintia.

-¡¡Cintia!! - grité.

-Tu amiguito no puede hacer  nada para salvarte... aún así... agradécele en la otra vida - dijo el hombre mientras le ponía el cuchillo en la garganta, listo para cortarle el cuello.

-¡¡¡DÉJALA EN PAZ!!! - gritaba mientras intentaba quitar el estante que me mantenía tirado en el suelo.

-Di tus últimas palabras - dijo el hombre.

-Adios Félix... - dijo Cintia y posteriormente el hombre de morado deslizó el cuchillo por su cuello.

-¡¡¡¡NOOOOOOO!!!! - grité sin cesar.

-Qué lástima... bien rojito... es hora de que te vayas... fuiste un gran amigo de estos niños... pero esto ya se acabó... ¡¡AHORA MUERE!!