Naruto - Un Regalo Inesperado ✔️

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Hijos por lista de padres:

Hinata y Naruto

Yumi 13 (F) Belleza/Don

Minato 8 (M)

Kiyo - 7 (F) Pureza

Mei - 3 (F) Hermana menor

Ryuu - 6 Meses (M) Dragón

Sakura y Sasuke

Akira (M) Inteligente - Akari (F) - 8 Luz y Brillo

Hiro (M) - 2 Generoso

Ino & Chouji

Usagi - (F) 5 Luna

Shikamaru & Temari

Sora (M) - 8 Cielo

Suri (F) - 6 Princesa

Ocho años después

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Derecha, izquierda, derecha, izquierda, izquierda, derecha, salto, izquierda, salto...

En el aire, sintió una presión en el estómago; aunque no fue suficiente para sacarle el aire del pecho, sí que la hizo caer de pie y volar al suelo, sorprendida. En el suelo, se apoyó en las rodillas y las palmas de las manos, respirando con dificultad. Una fina capa de sudor le bañaba el cuerpo y el pelo se le pegaba a los lados de la cara y a la nuca. Miró a su atacante, que le sonrió con orgullo, casi con suficiencia. Sus ojos azul eléctrico parpadearon, pero no pudo devolverle la sonrisa.

"Peleas como tu madre; precisa pero predecible para quien conoce el estilo". Dijo con sus ojos pálidos sonriendo hacia abajo, con las patas de gallo en las comisuras arrugadas de un anciano que por fin muestra su edad.

"Y tú luchas como un viejo; sólo estaba siendo suave contigo". replicó levantándose, él la ayudó y ella se sacudió el polvo de los pantalones negros.

"Con toda la insolencia de tu padre". refunfuñó el hombre mayor ayudándola a levantarse.

"Papá dice que siempre debo hacer saber a la gente que no pueden pisotearme". Dijo ella con orgullo sacudiéndose el sudor de las cejas.

"Y tiene razón, pero aprende más modales de tu madre, hay un momento y un lugar para el descaro y la actitud".

El hombre mayor se acercó para volver a ponerse la bata. Al verlo, ella se acercó y se puso su propia chaqueta, una azul claro que había encontrado en el baúl de su madre un invierno hacía un año. Llamaron a la puerta y ambos se asomaron. Entró una mujer vestida con túnicas blancas y azules pálidas, sus ojos blancos parecían fieros, pero cuando vio a la joven del rincón la fiereza se fundió en una cálida sonrisa.

"¡Hana!" Gritó la muchacha corriendo a abrazar a la mujer.

"Hola Yumi, ¿qué tal tu sesión?" Preguntó devolviendo el abrazo y rodeando con sus brazos los hombros de la chica.

"Creo que lo hice mejor, pero aun así ganó el abuelo".

La mujer asintió mirando al hombre.

"Tardarás unos cuantos años más en vencer a papá, yo sólo lo he hecho una vez y Hinata también".

"Hana ¿vendrás esta noche a la fiesta de papá?" preguntó Yumi y la mujer sonrió.

"Por supuesto; Hinata tendría mi cabeza si no lo hiciera".

"Hablando de eso, son casi las nueve, Yumi, deberías irte a casa antes de que te llame tu madre". Habló su abuelo, que ahora estaba junto a su hija y miraba a la pequeña.

Yumi asintió con la cabeza. Nunca era bueno que su madre tuviera que llamar a casa del abuelo preguntando por qué no estaba en casa cuando había prometido estarlo. Su madre era muy puntual y esperaba lo mismo de sus hijos. Cogió su mochila y su cinta para el pelo, se la ató al cuello y salió del dojo.