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Joaquin en ese momento quería correr a la mitad de la calle y que lo atropellara el primer carro que pasara.

Estaba inclinado, mientras vaciaba su estomago sobre el pasto que había a la orilla de la carretera. Dylan estaba detrás de él acariciando su espalda. La puerta del auto se volvió a escuchar y solo pudo oír la voz de Emilio preguntándole algo a su mejor amigo. Las arcadas vinieron nuevamente, se sentía horrible tener que vomitar frente a todos ellos.

Cuando finalmente vació todo, recompuso su postura.

—¿Fue todo?— Cuestionó el omega.

Joaquin lo miró con una expresión entre fatiga y resignación.

Emilio le tendió una botella de agua que tomó sin dudar. El primer sorbo no lo pasó, lo utilizó para enjuagar su boca. El segundo ya tomó, tratando de calmar el fuego en su garganta.

—Debieron ser los pancakes.— Dijo Dylan.

Joaquin alzó la vista, haciendo contacto visual con el peli negro que ya lo estaba viendo. Era como si quisiera decirle algo con la sola mirada.

—Si te vuelves a sentir mal dilo, pararé al auto de inmediato.— Dijo. Su mirada aún era inquietante para Joaquin.

El rubio asintió, volviendo a entrar al auto acompañado de su mejor amigo.

—¿Está todo bien?— Cuestionó Camilo una vez estuvieron en marcha.

—Oh, sí. Debió ser algo que me cayó mal.—Trató de restarle importancia.

Todos ahí sabían perfectamente lo que estaba pasando, más Joaquin ignoraba ese hecho.

Las siguientes horas, para fortuna de todos, pasaron volando. Habían estado contando anécdotas vergonzosas para matar el tiempo, habían reído y sentido pena ajena, pero había sido divertido.

Al entrar a Busan, el auto recorrió toda la orilla de la playa, pasando por la zona turística, zonas residenciales, hasta llegar a zonas más alejadas, justo donde la casa de playa del presidente se encontraba.

—Dios, ya no sentía las piernas.—Se quejó Camilo.

—Yo el trasero.— Añadió Asher, ayudando a bajar las múltiples bolsas y maletas.

—Yo tengo hambre otra vez.— Murmuró Joquin, tomando sus pertenencias y las de su mejor amigo.

—Pues claro, dejaste los pancakes en la carretera.— Comentó Dylan.

—Yo no los eché y aún así tengo hambre.—Mencionó Emilio.

—Hay que pedir comida.—Apoyó Asher.

—Yo tengo sueño.— Dijo Ethan por su parte.

—Hay cuatro habitaciones pero una está cerrada porque es de mis padres. Así que...nos toca dormir de a dos.— Mencionó el peli negro.

—Yo con Camilo, no se discute. Soy el único que aguanta sus ronquidos.— Se apresuró en decir el alfa peli morado.

Joaquin miró a Dylan en busca de ayuda.

—Yo y Joaquin.— Habló el omega.

Ethan inmediatamente expresó su desacuerdo.—¡Hey, se supone que dormiríamos juntos!

—¡Emilio es tu mejor amigo! Puedes dormir con él.

—Pero-

—Olvídalo. Mejor tomo el sillón.— Se resignó el rubio.

Emilio inmediatamente negó.— Yo tomo el sillón.

—¡Duerman juntos y ya está!—Habló Ethan. — Esas camas deben ser enormes.

Alfa Dominio/OmegaverseWhere stories live. Discover now