Especial 1

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Un grupo de Omegas en un día cualquiera

—Alquilemos una película prohibida —habló SeungMin, recostado sobre la vieja manta que solían utilizar los días de campo.

Los cuatro Omegas estaban descansando bajo el antiguo árbol cerca de la casa de JeongIn. El suave viento cálido golpeaba contra sus pieles, resguardados en la sombra que el viejo habitante del pueblo les brindaba. SeungMin se estiró cual gato sobre la manta, volviendo su mirada a sus amigos. Felix y JeongIn decoraban un libro bitácora de flores silvestres, copiando la información de un libro que habían robado de la biblioteca escolar años atrás. JiSung atendía su tarea de música, centrado en las partituras que debía entregar. El joven Min, de dieciséis años, rechistó como un anciano malhumorado, pateando su mochila de escuela.

—¡Qué aburridos que son! —escupió, sentándose. Su cabello castaño largo estaba despeinado y cubierto de pasto. Su rostro se frunció al volverse y notar que sus amigos no habían hecho caso de sus palabras—. ¡Oigan! ¡Hagamos algo! No quiero desperdiciar mi fin de semana haciendo tarea de escuela.

—¿Quieres que te recordemos por qué estamos haciendo tarea el fin de semana? —habló Felix, levantando la mirada. En sus manos había una vieja edición de literatura gótica, al abrir sus páginas, sacó una flor diente de león aplastada y seca. JeongIn la tomó con cuidado, pegándola en el libro bitácora que había armado y cosido a mano. El rubio tenía rojizo la esquina del labio, como si lo hubieran golpeado. JiSung levantó la mirada, tenía un moretón en el pómulo derecho. SeungMin sonrió de lado, porque había sido el único que había salvado su rostro de los golpes—. ¡No te rías! Estamos así por tu culpa. Nos suspendieron y nos dieron tarea extra porque tú no podías cerrar tu bocota.

—¿Qué más podía hacer si estaban insultando a JeongIn? —exclamó, elevando los brazos. La semana pasada se habían peleado con un grupo de Omegas a la salida de la escuela, cerca del sendero oscuro. Los chicos de grados avanzados se habían pasado todo el almuerzo mirándolos y riéndose de ellos, hablando en voz tan alta que los comentarios que hacían no pasaban desapercibidos. Se burlaban de que JeongIn, el supuesto mejor Omega dominante del pueblo, ahora era un marcado y que seguramente su Alfa era un viejo degenerado que lo había abandonado—. No me importa si me suspenden, me hace feliz saber que le rompí la nariz a ese Omega baboso olor a pata.

—También nos golpearon a nosotros, por si no te diste cuenta —habló JiSung, señalando su propio rostro.

—Lo volvería a hacer.

El Omega se sentó, frunciendo su naricita. Como era verano, solo traía una musculosa y una camiseta amarilla, con shorts de jean hasta los muslos. De los cuatro, SeungMin había sido el único que la pubertad no le brindó una estatura significativa ni la delgadez de la mayoría de los Omegas de ese pueblo. Como no trabajaba ni tenía campo, los momentos de ocio llenaron su cuerpo de curvas pronunciadas y piernas regordetas. Era un Omega hermoso, de estatura pequeña y una mirada picarona. Su padre lo obligó a ponerse aparatos dentales, así que de vez en cuando, al hablar con mucha euforia, sufría leves accidentes en los que se le enganchaban los labios.

—Ya dije que no me interesa lo que piensen los otros Omegas —habló JeongIn, soplando suavemente el pegamento que había utilizado sobre su libro. El azabache se inclinó, dejando el objeto sobre la manta. Yang tenía un overol común y corriente, de jean claro, con una remera blanca que claramente había heredado de su hermano mayor. SeungMin no pudo evitar bajar la mirada al collar oscuro que cubría la mordida en su nuca. JeongIn pareció percatarse de su mirada, automáticamente lo vio llevar una mano a la zona. Min se sonrojó levemente—. Sé que hablan desde la ignorancia. Digan lo que digan... solo me interesa que ustedes y mi familia sepan la verdad. Sé que soy muy joven para una marca... pero me protegerá a mí y a mi Omega de hacer estupideces. Además, es una marca de HyunJin, la iba a tener de todas formas.

HADO • HyunInWhere stories live. Discover now