03. Un lmega atrapado en una fea torre

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Su semana era aburrida, jamás pasaba nada interesante, quizás por eso se sentía un poco emocionado al ir a aquel asqueroso burdel donde vería a ese omega nuevamente. Aunque no admitiría eso, así como tampoco admitiría que los colores que había encargado eran para dárselos a Hanagaki.

—Estaré ocupado con Kiyomasa, quizás me tarde dos o tres horas, busca que hacer en ese lugar— el abuelo parecía emocionado, lo cual era extraño, se había perfumado y arreglado como si tuviera una cita.

Manjiro no le prestó atención.

—Claro, no hay problema— contestó aburrido, ¿qué tanto tenía que hacer el abuelo? Era un fastidio.

No quiso indagar y solo obedeció, al llegar a su destino bajo del vehículo y se encaminó hacia esa habitación mientras su corazón se alegraba al oír la suave voz de Hanagaki quien cantaba algo tonto. Entró con cautela y se sorprendió al ver que Hanagaki tenía un lindo vestido blanca y un moño en su cabello, realmente se veía hermoso.

—¿Vas a salir?— cuestionó sin más, caminando hacia la cama para sentarse y seguir observando al omega que parecía contemplar su propio reflejo en el roto espejo.

Hanagaki negó.

—Me tomaron fotos bonitas, había un peluche enorme de un oso y muchos dulces, me dejaron tomar algunos— explicó con una amplia sonrisa —A mi padre le gusta que esté limpio para las fotos.

Manjiro asintió, creyendo entender a qué se refería el omega.

—Mi abuelo es igual, a veces me hacen hacer poses raras con la pistola para “intimidar”, ¡pero así no se agarra un arma! Parezco tonto cada que hago eso…

Hanagaki soltó una suave risita y negó.

—Suena divertido.

Manjiro desvió la mirada e intentó disimular su sonrojo, realmente no entendía porque la simple risa de Hanagaki lo hacía sentir cosquillas en el estómago. Se aclaró la garganta y miró nuevamente al omega, quien lo seguía observando con esos ojos azules llenos de esperanza.

—Cómo sea…vine porque el abuelo tiene asuntos importantes y es aburrido— explicó con falsa tranquilidad, realmente se odiaba a sí mismo por sentirse tan feliz al estar con ese omega ¿que tenía de especial? Solo era un omega más.

—Padre también quiere enseñarme sobre el negocio familiar, dice que mañana será mi primer día, me ha dado dulces raros que saben amargos en mi lengua y…

—A mi me dan licor— se quejó Manjiro, creyendo entender un poco lo que Hanagaki trataba de contarle.

El omega solo sonrió y asintió.

—Perp bueno, solo vine para darte esto— concluyó mientras sacaba la caja de colores —El otro dije dijiste que no tenías y…

Antes de poder terminar su explicación, Hanagaki se abalanzó hacia Manjiro para abrazarlo con fuerza mientras soltaba suaves risitas.

—Me encantan, muchas gracias— susurró al oído del rubio, como si temiera que alguien más escuchada sus propias palabras.

—N-no es nada…solo pensé que te gustaría estas tonterías— explicó mientras dejaba que el omega lo siguiera abrazando pero sin él corresponder el abrazo —No entiendo como te gustan estas cosas tan infantiles.

—Me gustan…igual me gustan las rosas blanca— mencionó Hanagaki mientras rompía el abrazo y se sentaba a un costado de Manjiro —Me gustaría tener un jardín de rosas blancas para bailar en medio de ellas, una vez vi una foto de una mujer bonita con vestido blanco…yo también quiero un jardín así.

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⏰ Última actualización: May 07 ⏰

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