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—Que hermoso día— expresó la pequeña pelirroja que estaba sentada en las piernas de su mamá mientras ella le hacía dos trenzas
—Como todos los días— comentó Michael, la verdad es que se estaba empezando a poner nervioso por la total perfección que tenía este lugar
Había pasado una semana ¿Tal vez dos? Ni idea, en este lugar no tenía la noción de el tiempo, todos los días eran largos y las noches demasiado cortas pero de todas formas descansaban como nunca
—¿Qué hay planeado para hoy?— Preguntó Evan mientras le ponía mantequilla a su pan
—¿Que tal si vamos al lago y hacemos un picnic?— Propuso Henry
Como todos los días, siempre hacemos lo mismo en este lugar solo era jugar, dormir y vivir tranquilamente
—Esto esta empezando a enfermarme— pensó el ojiazul
Aún seguía pensando que no se merecía estar aquí, por alguna razón tendría que estarlo pero no encontraba ninguna.
—¿Qué pasa? Te notó muy pensativo— pudo sentir unos brazos delicados que pasaban por su cuello, pudo notar la voz de su novia y próximamente pudo ver su rostro que se recosto en su hombro con una sonrisa
—No... Todo está bien...— Dice este con una expresión dudosa
Le resultaba tan raro esto, ver a su hermanos, su madre, su novia y la hermana de su novia
Los había visto muertos, había podido presenciar su último aliento y ahora estaba desayunando con ellos como si nada hubiera pasado
Como si lo que hubiera vivido anteriormente fue solo un mal sueño, y está era la realidad
¿De verdad había muerto? ¿Estaba muerto?
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—Te he notado distante Mike ¿Te pasa algo?— Le preguntó la castaña al ojiazul que tenía su cabeza recostada en sus piernas mientras la fémina hacía una corona con las flores que estaban en el pasto
—Yo... Se que te sonará raro pero...¿No recuerdas nada de lo que pasó?— Le preguntó con un ligero mal presentimiento en el pecho
—¿Qué pasó? No te entiendo...— Dijo la fémina mirando al ojiazul dudosa