Realidad

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Por la mañana me sentía adolorida, la noche de anoche fue bastante dura, pero totalmente deliciosa. Mire a mi pequeña A-Nueng dormida en la cama y sentí que mi corazón hincharse de felicidad.

Salí silenciosamente de la cama, evitando despertar a mi amor y me dirigí a la cocina. Estaba tan feliz y quería sorprenderla llevándole el desayuno a la cama.

Rápidamente me puse manos a la obra, piqué un poco de fruta, hice jugo de naranja, también algo de café y le prepare un rico Omelette.
Estaba por subir a la habitación con la bandeja llena de comida para ambas cuando me topé de frente con Chet.

– ¡Chet!

– Hola Khun Nueng – Mi ex novio y ahora amigo me miraba con su bonita sonrisa – ¿Tienes compañía?

Preguntó al ver lo que llevaba. Tragué duró pero mantuve mi expresión tranquila, no es como si él supiera que quien estaba arriba era su hija, su hija primogénita. 

– ¿Como entraste?

– Una de tus ayudantes me dejó entrar

Tengo que hablar con mis empleadas, últimamente dejan que todo mundo entre a su gusto a mi casa, Sam, Nueng y ahora Chet. Miré al hombre frente a mi y le sonreí.

– ¿Qué te trae por acá?

– Bueno, vine de viaje con Heidi y quería pasar a invitarte a una reunión que haremos el viernes.

Chet estaba hablando cuando vi que A-Nueng estaba por entrar a la cocina, pero se detuvo al ver a su padre. Abrí los ojos como plato y Chet estaba por girarse para ver que pasaba así que me vi forzada a actuar rápido

– AAAAAY – grité y me encogí un poco

– ¿Qué pasa? – Chet corrió hasta mi y quitó la bandeja de mis manos

– Sentí un fuerte dolor en el costado – Mentí

– ¿Aquí? – Chet comenzó a inspeccionarme pero yo miraba a A-Nueng para que se fuera de ahí rápido.

La pequeña lo entendió y con mucho cuidado se fue sin hacer ruido, una vez a salvo le puse atención a Chet

– Debemos ir al hospital, podría ser apendicitis o algo peor

– No tranquilo, creo que solo fue un cólico

– Khun Nueng no seas necia, vamos

– Estoy bien Chet, lo prometo ademas Sam está arriba

– Oh, la comida es para ella

– Si, mi hermana quería pasar tiempo conmigo y arreglamos una especie de pijama.

– Khun Sam y tú debieron pasar muy bien anoche – Chet sonrió

– ¿Qué hicimos anoche? – Sam apareció en la cocina y sentí que mi corazón se saldría.

¿qué demonios pasa con mis empleadas? Sam saludo a Chet y me miró interrogante

– Le contaba a Chet que ayer te quedaste conmigo – Esperaba que Sam me siguiera la corriente

– Mmm – Fue todo lo que dijo Sam

– Bueno, me despido entonces. Debo ir a desayunar con los padres de Heidi.

Chet salió de mi casa y sentí como si me quitara un peso de encima, mire a Sam quien tenía una enorme sonrisa en su rostro. Tenía ganas de darle un zape.

– ¿Entonces.....?

– Entonces ¿Qué? – Le sostuve la mirada a mi hermana

– Terminaste la misión

Cruce de Caminos Where stories live. Discover now