5- Sumisión

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Román detuvo el cuchillo al escuchar su nombre, inhale y exhale lentamenete, me concentre en controlar mi llanto, levanté mi cabeza del frío mármol, para estar completamente recto.
-Ya te lo dije no importa lo que digas no voy a parar Ethan, tu provocaste esto- escuché su voz cerca de mi oído, con mi mano izquierda la que estaba libre, sin pensarlo dos veces, tome el cuello de su camisa y lo jale para atraerlo cerca de mi rostro,
-Lo se - sin ningún aviso, junte mis labios con los de el, se sentían cálidos y tiernos al tacto.
inicio como un beso lento, casi tímido pero después el tomo el control, el beso se volvió feroz, nuestros labios chocaban, su lengua empezó a invadir mi boca sin ningún pudor, podía escuchar y sentir su corazón, palpitando como loco en mi espalda, quite mi mano de su camisa y la hundi en su nuca para atraerlo más hacia mi, el soltó mi brazo derecho y me tomo de la cintura apretando más mi cuerpo a su espalda, rompí el beso y se escuchó un ruidoso chasquido, el estaba muy agitado igual que yo, su pecho subía y bajaba muy rápido tratando de tomar todo el aire que podía, pude ver cómo la herida de su labio volvió a abrirse, me incline hacia el y lamí la herida, su sangre era amarga, pero adictiva, mordí su labio con fuerza y broto aún más sangre, siseó de dolor pero no sé aparto ni un centímetro de mi, sus pupilas estaban completamente negras, a cada segundo que pasaba la habitación se llenaba de un intenso olor a Ron, y tabaco que lo consumía todo.
Lo mire a los ojos, dejaron de ser rojos como la sangre y cambiaron a un azul, tan frío como el hielo.
-Te necesito Román- salió una suplica de mis labios, tire más de su nuca para que se hagachara, y su oído estuviera al alcance de mis labios, bese su oreja y después susurre
-Me dijiste que me observabas dormir durante la noche, abrazando una almohada, y deseabas ser tu quien estuviera en mis brazos, lo hacía por qué no tenía a quien abrazar por las noches, estaba solo, no tenía a nadie con quien compartir la cama acurrucarme y abrazar hasta el amanecer, darle mimos y besos toda la noche, hasta caer dormidos, pero ese puedes ser tu Román- baje mis labios a su cuello, deje pequeños besos en el, sentía su pulso, cada latido que hemitia, su corazón apunto de estallar, su respiración cada vez estaba más errática y su mano en mi cintura, me apretaba más a él, aprisionadome para que no pudiera escapar
-dijiste que yo merecía la perfección y que es más perfecto que dormir entre tus brazos cada noche rodeado de tu olor - escuché como Román, Gruñó, me volteo bruscamente para quedar frente a frente, ahogue un grito de dolor, por mover mi brazo roto, al darme la vuelta, puso una mano alrededor de mi cuello, y la otra rodeaba mi cadera apretándome junto a el, alce mi cabeza y lo mire directamente a los ojos.
-Cres que no se lo que estás haciendo corderito?- apretó su hagare, empezaron a brotar chispas de rojo en sus ojos, eso era malo, muy malo devia distraerlo, hace un momento funcionó, devia darle la ilusión de control, de mi sumisión, pero yo estaría ahí esperando a que bajara la guardia para apuñalarlo por la espalda, aún podia sentir el sabor amargo de su boca en la mía. Me lamí los labios, y su miraba bajo a mi lengua
-Que es lo que crees que estoy haciendo Román- Tenía dos opciones tomar el cuchillo que tenía detrás de mi, con el que estuvo a punto de cortar mi brazo y tratar de apuñalarlo, o seguir el juego que empecé, tenía un brazo roto, y cuando estaba intacto no pude hacerle ni un rasguño, ahora que estoy en este estado me haría papilla en cuestión de segundos tengo que esperar a tener una mejor oportunidad.
-No soy estúpido, así que no me trates como uno Ethan, sabes a lo que me refiero, estás tratando de manipularme de nuevo como lo hiciste en el sótano, lo único que queda por saber, es que es lo que quieres conseguir con esto- hizo una mueca sarcástica cómo si se estuviera esforzando demaciado en pensarlo
- Aaa ya lo se, tratas de evitar que corte tus brazo, y tu castigo, acerté ?- su hagare en mi cuello se intensificó hacerco más su cara a la mía, apenas quedando unos centímetros para que nuestras narices se rozaran
- Yo no soy un hombre con el que puedas jugar a tu antojo Ethan-
No podía engañarlo así de rápido, eso lo sabía, pero al menos ya no tenia la amenaza inminente de perder un brazo, había ganado tiempo y eso era bueno, y había descubierto algo, podía desestabilizarlo solo tenía que usar las palabras y expresiones correctas, empecé a liberar feromonas , sabía que le gustaba mi olor, empezaría por eso,lo volvería loco incapaz de razonar pude ver cómo inalo, muy fuerte por la nariz, Trago saliva en seco,
-Corderito, será mejor que te controles, por qué no me haré responsable de mis actos si sigues liberando tus feromonas como una zorra en celo- hacerco su boca a mi cuello y me dió una larga lamida desde la base hasta casi llegar a la oreja, me dejaba un rastro de saliva por dónde pasaba su lengua, se sentía húmedo, extraño, pero no incorrecto.
-Se que no eres estúpido Román, por eso se que entenderás, que si me haces un solo rasguño con ese cuchillo, jamás vas a tener lo que tanto deseas de mi - aparto su cabeza de mi cuello
-Puedo tener tu sumisión cuando yo quiera, puedo dejarte morir de hambre y sed encadenado en el sótano, me suplicaras piedad, te restregaras en mi y suplicaras que te haga mío-
-Tu no quierés mi sumisión, Roman no te engañes a ti mismo, tu quieres mi amor, lo que más deseas es que yo corresponda tu retorcida obsesión, quieres que suplique por tus besos, por deseo a ti, no por necesidad o miedo, por qué tú me amas más a mi de lo que te amas a ti mismo y sabes por qué lo se, pasaste días y noches completas solo pensando en mi, todo un año sigiendome como una sombra, esperando tener una oportunidad conmigo que nunca llegó - empezó a aflojar su mano en mi garganta, sus ojos perdieron la chispa roja que tanto temor me provocaba, eso me dió valor, pude ver un destello de fragilidad en su mirada pero eso no me impidió continuar.
- dices que soy una zorra en celo, pero mírate, apenas y pongo un dedo sobre tu piel, te doy unos cuantos besos y vienes a mi moviendo la cola como un perro callejero al que nunca le han dado amor.- las últimas palabras las dije llenas de veneno,

Amo temerteWhere stories live. Discover now