Capítulo 15

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La oscuridad de la noche, oscura y penumbrosa, ha sido testigo de muchas situaciones donde James ha sido protagonista.

Sin embargo, había algo que James evadía ante todo pronóstico: El miedo que la oscuridad le genera.

Desde que terminó Hogwarts, James empezó a tenerle mucho miedo a la oscuridad.

De todo tipo: cuando duerme, cuando se va la luz o cuando ingresa a un lugar tan oscuro que su vista no puede acostumbrarse.

Aquel color siempre ha sido su mayor enemigo, lo ha obligado a mantenerse fuerte, atento y en ningún momento bajar la guardia. Por eso lo detestaba, ya que James nunca podría relajarse, ni sentir que por primera vez estaba seguro.

La oscuridad es eso, le genera eso. Tener que mantenerse más activo y esa nula sensación de tranquilidad.

Por ello, James lo ha ligado a diversas situaciones. Para él azabache la oscuridad es esa tranquilidad en el trabajo, cuando no puede ver a Clarissa y últimamente, aquella oscuridad se ha ligado con Nathan.

Nathan, la figura nula de oscuridad, ese cabello tan rubio, sus brillantes sonrisas y atractivo, lo hace ver un sol naciente, de resplandor natural y atrapante. Pero para James, todo eso es lo contrario, ve en Nathan un misterio y le cuesta cada vez más sentirse seguro a su lado.

Con concurrencia a estado pensando en el doctor, su papel como docente ha sido grato en un principio, por no decir que fantástico, sin embargo, cada comentario de Clarissa, las sospechas que ha creado, la razón del por qué Dumbledore decidió contratarlo... James tiene esa intuición de incomprensión hacia la situación.

En primer lugar, James pensó que la razón del contrato para el profesor, es por Clarissa. Luego aparece esa piedra y Nathan ha sido "obligado" a protegerla, y ahora su hija se hace idea tras idea gracias a que su profesor no la trata con mucho cariño.

Si estuviera él bajo esa posición y ante una personalidad tan curiosa como lo es del rubio, no sería muy amable con nadie. A Nathan siempre le han atraído las personas excepcionales, por ello Clarissa no estaba en su lista. Clarissa es excepcional, pero atrae recuerdos, que mentes bastante retorcidas, se les dificulta quererla.

Eso resigna en su totalidad a James. La forma en cómo discutieron, o mejor dicho como James habló, hizo que volviera a recordar muchas cosas, entre ellas la primera vez que se reencontraron.

El destino siempre ha sido muy cruel con su persona, lo ha hecho conocer al tipo que le gustaría por bastante tiempo y luego se lo quitaría. Era más joven, más imprudente, más tonto y mucho más temeroso.

Una guerra no es cosa fácil, en una guerra hay diversos bandos, puntos de vista y con el único objetivo de no morir.

Gracias a ello, James se ha dado cuenta lo malo que ha sido, lo cruel que puede ser tener miedo y en que lo puede convertir.

Ha desconfiado de amigos, se ha vuelto más irritante y cruel, como también buscar a alguien que podría estabilizar ese barullo de emociones.

La primera persona que se le vino a la mente, fue nada más y nada menos que Nathan. Él ha sido muy exacto con su pensamiento, sin dudar bajo las circunstancias que todos sufren, se ha dicho que no seguiría a nadie, que Nathan no tiene cabeza, ni ganas de ser el peón en el juego. El será quien maneje a los peones y vea cual es la cosa más pertinente para la situación.

James necesita eso. James ya no quería ver a Dumbledore, que los enviaba a misiones donde el objetivo no era claro y la muerte era más segura que todo el resultado.

James necesitaba seguridad y el terror lo ha obligado a buscarlo en mar y tierra.

En una pequeña casa, en las afueras de Londres, por primera vez bajo la oscuridad, no tenía miedo. Nada de miedo. Estaba relajado, un poco nervioso, cosa que es manejable. Miraba a todas partes y solo toco tres veces como acostumbra a hacerlo, luego presiono el timbre y espero.

Hey Jude | Wizarding World Donde viven las historias. Descúbrelo ahora