El Harem De Mi Amigo Está Obsesionado Conmigo

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En el despacho del Decano,

"¿Qué has dicho...?"

Me senté en su silla, enfrente de donde estaba el Decano, dando vueltas distraídamente a mi bolígrafo y organizando mis pensamientos. De repente, el decano se dirigió a mí.

"¿Hmm? No acabo de decir nada".

"¿No has dicho hace un momento que tengo que vigilar a alguien?".

"Debo haberlo soltado sin darme cuenta".

"Estás pensando en eso, ¿eh?"

Me levanté de mi asiento, sintiéndome algo incómodo ante la expresión desconcertada del decano. Bueno, si mis pensamientos se habían deslizado inadvertidamente en forma de palabras, él debía haber entendido más o menos lo que iba a preguntar a partir de ahora.

"Vigila a Rin desde la clase 3A".

"....."

"No necesito los detalles triviales, pero después de la escuela, averigua a dónde va. No necesito sus notas, pero quiero saber su destreza en combate y magia".

El decano, que parecía perplejo sobre por qué tenía que hacer esto, recibió de mí el papel con las instrucciones.

"Ahora que lo tiene, hágame este favor".

Por supuesto, lo había anotado por separado, pero era mi forma de expresarlo, y el Decano dudó, para finalmente aceptar el papel que le ofrecía.

Por mi culpa, tuvo que tensar su relación con la familia Laeros, y mi malestar por llevar las cosas demasiado lejos se hizo evidente.

"Por ahora lo entiendo. Dentro de la academia, puedo vigilarla en privado, y en cuanto a salir fuera, puede que no conozca los detalles, pero estaré al tanto si se marcha. Naturalmente, puedo preguntar sobre sus habilidades mágicas y de combate a sus respectivos instructores".

Bien.

Salir de la academia no se podía evitar, pero Rin no salía con frecuencia de la academia, e incluso cuando lo hacía, siempre iba con sus amigos.

"Bueno, no debería haber mayores problemas".

Después de todo, a Rin le quedaban diez años antes de convertirse en la Comandante de los No Muertos y provocar la destrucción del mundo.

"Necesito confirmar si realmente es Rin la que está cambiando o si está siendo influenciada por algo".

Para averiguarlo, necesitaba observar a Rin de cerca.

Una vez que puse mi plan en acción, el autodesprecio me inundó.

"¿Qué estoy haciendo?"

Suspiré al verme patético. Justifiqué esta acción diciendo que era necesario introducir diferentes variables en la vida de Rin en la academia, aparte de mi interferencia, pero la verdad era que simplemente no quería estar cerca de Rin.

La zona donde me habían atravesado el corazón empezó a palpitar dolorosamente.

Podía soportar hasta cierto punto el malestar y las náuseas persistentes, pero parecía que una nueva dolencia se había apoderado de mí. Sobre todo cuando me miró fijamente con esos ojos sin emoción que parecía que me atravesaban la piel, me encogí involuntariamente.

'Poniéndose nerviosa por un niño a los 28 años'.

Estaba molesto, pero no podía hacer nada.

El trauma de la muerte se me estaba aplicando con más fuerza de lo que había pensado.