UN VIAJE INESPERADO

Capítulo 10 Cara a cara

Cara a cara

Victoria y yo acabamos de despertarnos y es bastante temprano. Nos arreglamos y sin más dilación vamos de nuevo a la clínica para la analítica de
sangre.

No llevo nada bien tener que esperar para desayunar, sin mi primer café de la mañana no soy nadie, es como la gasolina que necesito para arrancar mi día.

Me realizan la extracción y nos pasan a una sala contigua.
Tocan a la puerta y aparece el médico junto con Valeria, me quedo atónita. Que extraña sensación verla frente a mí. Está muy desmejorada, se nota el daño que la enfermedad le está causando.

-- Buenos días, Valeria quería conocerlas en persona. -- dice el doctor mientras nos estrechamos la mano.

-- Las dejo que hablen, Laura volveremos a llamarla en breve.--

-- De acuerdo doctor, estaré a la espera. --

Se marcha y cierra la puerta.

-- Lo primero que quería es daros las gracias por venir desde tan lejos. Independientemente de la compatibilidad que podamos tener o de si podrá llevarse a cabo finalmente el trasplante nunca olvidaré el gesto tan altruista que estáis teniendo.
¿Cómo conociste mi situación? --

-- La noticia llegó hasta mí a través de Internet y sentí en mi interior que podía ayudarte, no lo dudé. Convencí a mi hermana y aquí estamos. --

-- Muchas gracias. Desde que supe de mi enfermedad nunca me imaginé que conocería a mi posible donante, siempre creí que sería alguien del banco de donantes anónimos. El hecho de ser adoptada siempre me cerró esa puerta. Así es que el poder ponerte cara y conocerte previamente me hace la situación más llevadera, me siento más acompañada en este proceso. --

¿Adoptada? Mi cabeza de repente no para de girar, ¿por qué Carla no me habló de eso? Quizás no quiso que me aturdiera aún más....

-- ¿Cómo llevas el tratamiento? -- Le pregunta Victoria.

-- Es duro, pero es obligatorio pasar por ahí antes de que llegue el trasplante.--

-- Por cierto ¿dónde os estáis hospedando? --

-- En el hotel Sephora cerca del Paseo de Santa Lucía. -- le comenta Victoria.

-- Bien, pues no voy a consentirlo. Mientras estéis aquí os quedaréis en mi casa. --

-- Pero....no te preocupes. -- Le digo.

-- Claro que me preocupo, habéis venido desde bien lejos a ayudarme, es lo menos que puedo hacer. Además en mi casa hay espacio más que suficiente.--

Nos intercambiamos los móviles y me manda ubicación de su casa, aunque yo ya la conozco...

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Regresamos al hotel para recoger nuestras pertenencias y llamamos a la familia para hacerles saber que hemos conocido a Valeria y que nos ofrece su casa para alojarnos. Mi madre se queda más tranquila y poco a poco se va conformando con mi decisión.

De camino a casa de Valeria paramos en un restaurante para comer y charlar un poco.

-- ¿Qué te ha parecido Valeria? -- le pregunto a Victoria.

-- Es muy simpática, se ve muy buena gente. Estoy muy orgullosa de la decisión que has tomado y de que hayas seguido tus impulsos. Hacerlo no siempre es malo. -- sonríe.

-- Gracias por acompañarme Victoria, no podría haber hecho esto sin ti. --

Terminamos y ahora sí nos dirigimos a la pedazo de casa de Valeria. Me muero por ver la reacción de Victoria cuando la vea. El taxi nos pasea por sus largas avenidas con sus majestuosos jardines y sus grandes montañas de fondo.
Poco a poco vamos llegando a la zona donde vive Valeria y la cara de Victoria lo dice todo.