02.

5 0 0
                                    

── ¡Kirkland!. ── el grito de Rose Lancaster se escuchó y Alexandrina volteo a verle, noto que era la esposa de Cedric por conveniencia política──. ¡Cómo te atreves maldita ramera!.

── ¿Ramera?. ── Alexandrina se confundió y decidió confrontarla de una vez por todas──, lástima querida Rose. Porque tu matrimonio de Cedric es simplemente una jugada política y así mismo tu relación es muy seca, Cedric me prefiere más a mi. ── siseo con una sonrisa de medio lado──, además solo es una mera jugada política.

── ¡Cómo te atreves!── Rose le iba a dar una bofetada y Alexandrina rápidamente sujetó su muñeca bruscamente ──. Suéltame estúpida ── siseo intentando soltarse pero no podía por la gran fuerza.

── No te pienso soltar ── la agarró por el vestido con fuerza ──, porque yo misma te puedo joder a no poder más y te puedo eliminar de la jugada política en estos momentos. Además, Cedric y yo ya teníamos algo desde hace tiempo y además tu no sabes nada, absolutamente nada. Cuida tu comida y cuando duermas, Rose Lancaster. ── murmuró amenazadora y la solto.

Duquesa de Lancaster. Miró con delicadeza aquel anillo que le dio su pareja, y solo suspiro con cuidado, adoraba ese regalo que le había dado su pareja. Dirían que Cedric era un maricón, pero tenía gustos tanto de hombres como de mujeres, amaba a la princesa real franco británica pero también amaba a su amado francés.

── Lastima Rose...Porque a partir de ahora soy la Duquesa de Lancaster y mi futuro esposo Príncipe Real Consorte y Príncipe Consorte de Gales ── Alexandrina sonrió──. Porque yo misma te puedo hacer un infierno y sacarte del juego. ── se fue caminando cubriendo su mano con sus guantes para ocultar aquel anillo plateado así como su pequeño collar con una estrella colgando en medio──, jamás cuestiones a una princesa que contiene sangre real. ── siseo en céltico británico antiguo.

Se fue retirando hasta su habitación y así mismo dentro de un rato tendría que ir a una reunión. Era respetada y temida en el palacio real, quien diría que su primer nombre era en honor a la abuela de Europa, a la reina Victoria del Reino Unido quien también era su madrina.



***


── ¿Qué más quieres?. La hija de Himmler es una mocosa que busca atención── Carolina se encontraba hablando con Sieglinde mediante una línea clandestina──. Sabes que su padrino es tu padre y además Ludwig si la ve no la soporta.

── Sí, ella es así. No entiendo porque es tan consentida por mi padre ── Sieglinde suspiro y miro hacia el techo de su oficina──. Te entiendo, esperemos a ver. Camila la ve y sin duda alguna le hubiera dado una paliza, a pesar de la diferencia de edad.

── Gudrun es una mocosa malcriada ── la pelirroja se recosto en su silla en su oficina que había acomodado──. Pero Camila si la ve, espero que le de su paliza. ── suspiro──, ¿que has sabido de los hijos de Goebbels?.

── Pues no he sabido nada de ellos, me imagino que están bien ── la castaña no sabía qué responderle a su amiga──. Igual ya tengo que irme, espero que no se den cuenta de está línea clandestina que instalastes hasta Moscú. Hablamos luego.

Carolina colgo el teléfono con cuidado y se estiró en su asiento, estaba agradecida de haber instalado esa línea clandestina de Moscú hasta Berlín para poder comunicarse con Sieglinde y Ludwig, pero mandaba cartas a escondidas a sus hermanos menores.

── ¿Has tenido alguna novedad desde Berlín?.

── Pues no hemos tenido novedad── Carolina miró a Viktoria quien recién llegada de entrenar con los soldados──. Pero vayamos a comer antes de que mamá nos de la regañada ── se levantó guardando unas cosas en una gaveta que eran filtraciones que le dio Sieglinde.

Susurros de Oscuridad y MuerteWhere stories live. Discover now