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La luna llena brillaba intensamente sobre el antiguo castillo, sus paredes de piedra reflejaban la fría luz nocturna, dándole un aire fantasmagórico

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La luna llena brillaba intensamente sobre el antiguo castillo, sus paredes de piedra reflejaban la fría luz nocturna, dándole un aire fantasmagórico. En el interior, el silencio reinaba, roto solo por el ocasional crujir de la madera y el suave susurro del viento que se colaba por las ventanas.

El insomnio la había acosado durante semanas.Aenerys rodaba en la cama incapaz de dormir,el insomnio era su mejor amigo últimamente,nisiquiera recuerdo el último día en el que pudo conciliar el sueño bien. Cada noche, sus pensamientos se arremolinaban en su mente como un torbellino, impidiéndole encontrar descanso. Aquella noche no era diferente. Se giró, incapaz de soportar más el confinamiento de sus aposentos, y decidió salir a pasear por los pasillos del castillo. Tal vez la caminata la ayudara a aclarar su mente además de que no había visto a su padre.

Los pasillos del castillo eran largos y oscuros, iluminados tenuemente por antorchas colocadas a intervalos regulares. Caminaba lentamente, su figura esbelta apenas proyectaba una sombra sobre las paredes. Mientras avanzaba, su mente volvía una y otra vez al dilema que la atormentaba.

Desde el momento en que jacaerys regreso a su vida, todo había cambiado para Ella. Lo odiaba, o al menos eso se decía a sí misma cada vez que lo veía. Su actitud arrogante y su constante desafío a su inteligencia la irritaban profundamente. Sin embargo, había algo en él que la inquietaba de una manera que no podía comprender.

Antes de su llegada, la vida en el castillo había sido predecible. Su tiempo se dividía entre su entrenamiento , los estudios de historia y los paseos por los jardines. Pero desde que jacaerys había regresado , todo parecía haber perdido su brillo. Las actividades que antes la llenaban de placer ahora se le antojaban monótonas y aburridas.

Su ingenio agudo y su habilidad para sacar de quicio a aenerys en cualquier conversación la exasperaban. Lo más irritante era que parecía disfrutar de sus reacciones, sonriendo siempre con esa sonrisa insolente que tanto detestaba.

Sin embargo, cada vez que pasaba tiempo con su prometido, con elric, la mente de aenerys se desviaba. era todo lo que se podía esperar de un noble: amable, educado y atento. Era la alianza perfecta, y alicent no podría estar más contenta con el compromiso. Pero Ella se encontraba cada vez más distante en su presencia.

—Es ridículo ese idiota no puede afectarme—Susurro aenerys.

Con un suspiro, continuó caminando. Sabía que pronto tendría que enfrentar sus sentimientos y tomar una decisión. Y aunque aún no sabía cuál sería su elección, una cosa estaba clara:el había cambiado su mundo de una manera que nadie más había podido.

El sonido de sus pasos resonaba en las paredes mientras avanzaba hacia los aposentos de su padre. Cada paso parecía marcar el ritmo de su conflicto interno. Sabía que debía tomar una decisión, pero cada opción tenía sus consecuencias..

Llegó finalmente a la puerta de los aposentos de su padre. Se detuvo frente a ella, su mano levantada, a punto de golpear. Pero una conversación que llego a sus oídos la paralizó.

God Is a woman||Jacaerys Velaryon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora