Capítulo 24: Quédate (+18)

8 4 0
                                    

Apolo recogió sus libros y salió del aula de química avanzada. Mientras se dirigía hacia la salida, vio a Marcos esperándolo cerca del portón, con una sonrisa cálida en el rostro.

- Hola, guapo. ¿Cómo estuvo la clase? - saludó Marcos con entusiasmo mientras se acercaba. - Mi mamá quiere saber si quieres ir a comer a casa - dijo Marcos, con una pizca de esperanza en la voz.

- Me gustaría, pero aún sigo castigado - respondió Apolo, con una mueca de resignación.

- No podrá castigarte más de lo que ya estás. Mi mamá preparó algo especial para el almuerzo. Te va a encantar - insinuó Marcos -. Vamos, ¡ven conmigo!

- De acuerdo. Solo un par de horas - Apolo miró seriamente a Marcos -. Y me voy, nada de peros, ¿okay?

- Sí, lo prometo - aseguró Marcos con una sonrisa.

Ambos caminaron juntos hacia la casa de Marcos, disfrutando de la compañía y la conversación. Al llegar, fueron recibidos por el agradable aroma de pizzas caseras que llenaba la casa.

La comida fue deliciosa y el ambiente relajado. Después de comer, se acomodaron en el cuarto de Marcos para ver televisión. Pasaron un rato viendo una serie, riendo y disfrutando de la tarde.

Con el tiempo, la atmósfera se volvió más íntima. Marcos, incapaz de resistir más, se acercó a Apolo y lo besó suavemente. Apolo respondió al beso, sintiendo cómo sus preocupaciones se desvanecían.

- Debería irme pronto - murmuró Apolo, aunque sin mucha convicción, todavía disfrutando de la cercanía de Marcos.

- Quédate conmigo un poco más.

Apolo asintió, permitiéndose disfrutar del momento un poco más antes de enfrentar la realidad que los esperaba afuera. Marcos estaba sobre Apolo, besándolo con ternura y pasión. El beso se intensificó y cuando, se dio cuenta Marcos y él ya no tenían más que ropa interior encima.

- ¿Te sientes bien? - preguntó Marcos, rompiendo el beso y mirando a Apolo con deseo.

- Sí, estoy bien - respondió Apolo, sonriendo-. Debería irme, pero quiero quedarme contigo.

- Quédate. - dijo Marcos, acariciando suavemente el rostro de Apolo. Apolo asintió, y ambos continuaron besándose.

Marcos llevó sus manos a la cintura de Apolo, recorriendo con sus dedos la suave piel que se mostraba entre la tela de la ropa interior. El calor del contacto hizo que ambos se estremecieron. Apolo respondió a los toques de Marcos con la misma intensidad, sus manos recorrieron la espalda de Marcos, sintiendo cada músculo bajo sus dedos.

Marcos comenzó a besar el cuello de Apolo, dejando un rastro de besos hasta llegar a su clavícula. Apolo arqueó la espalda, cerrando los ojos y dejándose llevar por las sensaciones. Marcos continuó su recorrido, bajando hasta el pecho de Apolo, deteniéndose para besar y lamer cada punto sensible que encontraba.

- Marcos... - murmuró Apolo, su voz entrecortada por el placer -. No pares.

Marcos sonrió contra la piel de Apolo, complacido por su reacción. Lentamente, sus manos comenzaron a deslizarse hacia abajo, retirando la ropa interior de Apolo con cuidado. Continuó lentamente con su propia prenda. Posicionándose encima de Apolo, acarició firmemente ambos miembros. El contacto de piel contra piel hizo que ambos se estremecieron.

Marcos, con movimientos lentos y cuidadosos, comenzó un roce entre sus miembros. Los gemidos de Apolo y sus propios suspiros empañaron la habitación. Antes de llegar al propio clímax, Marcos se separó de él y volvío a bajar sus besos, metiendo la hombría de Apolo en su boca. Con un suave movimiento, Apolo alcanzó el orgasmo.

Marcos subió de nuevo para besar a Apolo, compartiendo la intimidad del momento. Ambos se recostaron, sus cuerpos entrelazados y sus corazones latiendo al unísono.

- No voy a dejar que te vayas - susurró Marcos, mirando a Apolo con determinación.

- No quiero irme.

AMIGOS (Gay)حيث تعيش القصص. اكتشف الآن