Capítulo Seis

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POV SASUKE

Una semana más tarde

Los días sin mi madre se están volviendo un auténtico tormento, la relación con mi padre sigue igual y apenas nos miramos a la cara. Pensaba que hasta ahora conocía el dolor, pero estaba equivocado, esto es mucho peor de lo que he sufrido hasta el momento, sé que la relación con mi madre no era buena, pero por lo menos aún me dirigía la palabra, pero ahora... ¿qué voy a hacer...?.

Preparo la cena solamente para mí porque papá me dijo que no quería que hiciera nada por él, al fin y al cabo estamos como dos extraños viviendo bajo el mismo techo. Solamente tengo ganas de encontrar un trabajo y poderme independizar lo antes posible, y sé que es egoísta dejarlo solo en estos momentos, pero él no se abre, no me deja que pueda acercarme a él y pasemos el luto juntos, al igual que sucedió cuando murió Itachi.

Estoy terminando de prepararme la ensalada, cuando suena el timbre de la entrada, qué extraño... hace mucho tiempo que nadie viene aquí, bueno sí, Sakura vino el otro día para hacer el trabajo, pero ni siquiera los vecinos se acercan, pues viendo el carácter que se gasta mi padre, hemos ido a alejando a todo el mundo, y de paso, alejándome a mí de todos. Abro la puerta antes de que mi padre aparezca en la sala y para mi sorpresa me encuentro con ella, con la que hace unos instantes estaba en mis pensamientos.

Sakura...

*

—H... hola, Sakura. ¿Qué haces aquí a estas horas...? —pregunto algo confundido.

—Lo siento, sé que es tarde pero... hace unos días que no vienes a la universidad y me preguntaba si estabas bien, el día de... bueno, ya sabes, el día del entierro de tu madre no pudimos hablar mucho y quería saber cómo te encuentras —dice mientras juega de forma nerviosa con sus manos.

—Bueno, pues... imagínate cómo puede estar una persona que acaba de perder a un ser querido, y más a una madre, la semana que viene retomaré las clases y allí hablaremos, ahora no es el momento ni el lugar, lo siento, pero no estoy solo. Mi padre está en casa y no tengo ganas de que te vea aquí —contesto algo tajante.

—De acuerdo, perdona, ha sido una tontería venir hasta aquí, no tendría que haberte molestado, nos vemos la semana que viene. ¡Cuídate! —dice apenada dándose la vuelta para marcharse.

—¡Espera!. Gracias por venir, Sakura —no tenía intención de decirle nada más, pero me ha salido de dentro.

Cierro la puerta tras de mí y me apoyo en ella dejándome caer hasta el suelo, agarro mi cabeza con las manos y de nuevo las lágrimas hacen otra vez acto de presencia. ¿Por qué no puedo dejar que me ayude...?, ella solo quiere ser buena conmigo y yo sigo cerrado en banda, pero es que me cuesta tanto abrirme... tengo tanto miedo de que me hagan daño. De repente, aparece mi padre y me mira altivo a la vez que furioso mientras aún sigo en el suelo, y casi sin esperarlo, pregunta.

—¿Esa era la chica que vino el otro día y rompió la foto de tu hermano? —no le contesto, solamente me limito a secarme las lágrimas y a asentir con la cabeza levemente.

—¿Cómo tienes las narices de seguir hablando con ella...? porque no solamente fue lo de la fotografía, ¡por culpa de eso tu madre empeoró y eso desencadenó en su fatídico final! ¡no quiero que se acerque a ti ni tú a ella! ¡¿queda claro?! —ruge iracundo.

De repente, una oleada de rabia me invade y empiezo a soltarlo todo por la boca, todo lo que me oprime el pecho y no me deja respirar, todo lo que llevo guardado durante todos estos años, ya no me importan las consecuencias, ya no tengo nada que perder.

—¿Crees que esto es fácil para mí, papá? si es que puedo llamarte así, claro, porque parece que hace mucho tiempo dejaste de serlo, concretamente desde que Itachi falleció. Aguanté tus palizas cuando llegabas a casa completamente borracho, aguanté que me ignoraráis sin dirigirme la palabra, ¿te has parado a pensar cómo me he sentido, eh? ¡tanto mamá como tú me dejastéis de lado! ¡me arrinconastéis!, claramente me abandonastéis. ¿Crees que es normal hacerle esto a un hijo? al principio entendí vuestro dolor por su pérdida, porque yo también la estaba sufriendo en mis propias carnes, pero esto no se hace, y Dios quiera que no, pero si un día llegara a perder uno de mis hijos, yo no discriminaría al otro jamás, al contrario, intentaría darle todo el amor que pudiera para que lo superara. Lo único que habéis hecho ha sido marginarme, conseguir que me encierre en mi mísmo y no tenga amigos, que me sienta solo, miserable y sin ganas de vivir, ¡así que la única amiga que tengo ahora mismo no me la vas a arrebatar! eso tenlo por seguro —digo todo del tirón quitándome un peso de encima.

ESTRELLA POLAR (SASUSAKU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora